Carlos Darío Arcos

Creo firmemente que mi Maestro y amigo, no se va solo. Con él, se va una toda una era de la política de Altotonga y de la región.

Con la desaparición física del Notario de mi pueblo, se cierra un ciclo, si bien largo, no menos fructífero y pleno de historia, anécdotas, enseñanzas y, ante todo, espíritu de servicio.

Imposible describir, en unos párrafos, tantos recuerdos. Hombre público, conocido por todos, Don Miguel sin duda deja en cada uno de mis paisanos alguna huella de su paso por esta vida.

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Por ello, este día he repasado algunos de los episodios en que nuestras vidas se cruzaron.

Hacia 1967, Miguel Baltazar era Diputado Local y Presidente de la Mesa Directiva del Congreso.

Yo, recién llegado a Xalapa, pretendía ingresar a la Prepa Juárez, y mi paisano me extendió una carta de recomendación dirigida al Maestro Librado Basilio, Director del Colegio Preparatorio de Xalapa.

Gracias a sus buenos oficios, ingresé.

En 1969, retorné a Altotonga a cursar el Segundo año de Bachillerato y me encontré con Don Miguel en la cátedra de Sociología. Excelente y muy amena su enseñanza.

En la década de los 70’s, ya estudiando Derecho en la Universidad Veracruzana, me mantuve muy cerca de las actividades políticas de mi pueblo, pues mi madre putativa Magdalena Arcos Tejeda, formaba parte del equipo político que lideraban, siempre dentro de las filas del PRI, Don Santiago Castillo Flores y el Licenciado Baltazar. Mi primera credencial del PRI, data de Mayo de 1970.

Ambos me apodaban “El niño”. 

Hacia finales de los 70’s, yo estaba trabajando ya como Abogado, en la Universidad Veracruzana y en la entonces Tesorería General del Estado, y recuerdo con gran nostalgia, que era el invitado más joven a las largas jornadas de Poker, en la casa de Don Santiago, departiendo muy buen café y algún puro, con el anfitrión, Manuel Ríos “El Gavilán”, el Prof. José Medina Arcos y, desde luego, el Licenciado Baltazar.

En 1979, a sugerencia de Don Miguel, fui candidato suplente a Presidente Municipal, en la planilla que encabezó Fernando Bello Morín .

A principios de 1982, los dos alegres compadres Don Miguel y Don Santiago, me invitaron a ser candidato a Alcalde de Altototonga, con todas las condiciones a favor, invitación que decliné, por motivos personales.

En 1988, finalmente, fui candidato y fui electo Presidente Municipal de Altotonga, y el Lic. Baltazar me pidió llevar como suplente en la fórmula, a un muy joven prospecto, el Lic. Manlio Fabio Baltazar Montes.

En septiembre de 1991, se acercaba la sucesión municipal y el candidato que llevaba gran ventaja, por su amistad con el Gobernador Dante Delgado, era el Dr. Carlos Cabañas, quien por motivos personales no aceptó la postulación, situación que me obligó a reemplazarlo. El 2 de septiembre, en una jornada inédita, ejemplo de democracia participativa, logré el consenso de los sectores priístas en favor de José Delfino Martínez Juárez, pero, también por consenso unánime, antes acudimos al despacho de Don Miguel Baltazar para ofrecerle nuestro respaldo y pedirle que él fuera el candidato. Recuerdo que nos contestó: Agradezco la deferencia, no acepto, pero cuenten con mi total apoyo en favor de Pepe Martínez. El resto, es historia.

De ahí en más, siempre seguimos en contacto. Era grato reunirme a charlar con Don Miguel sobre muy diversos temas que dominaba, sobre todo, historia y política.

Amante de la buena música, bohemio irredento, fan destacado de la Banda Rams, me hizo la distinción de contratarme para las bodas de sus hijos Manlio y Tere. Fue asiduo asistente a las Cena-Bailes de aniversario de la Banda Rams y coleccionaba nuestros Discos.

Creo que ya me fui largo, y no es, ni con mucho, todo lo que recuerdo del amigo que hoy partió.

Vaya pues para Miguel, Manlio Fabio y Tere, mi abrazo conmovido y solidario. Se que entienden a plenitud el legado que les deja Don Miguel y que serán dignos depositarios y continuadores del mismo (de hecho, lo son ya).

Vaya en Paz Maestro. ¡Misión cumplida!

De la redacción:

El equipo de Palabras Claras expresa su pésame a los familiares y amigos del distinguido abogado Miguel Baltazar.

Que la fuerza y reconciliación de Dios y la Santísima Virgen permanezca en sus corazones.

Descanse en paz.

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