Aunque la candidata morenista al gobierno de Veracruz, Rocío Nahle intenta desviar la atención del inmueble no incluido en su declaración patrimonial, en sus tiempos como titular de la Sener, en el lujoso fraccionamiento “El Dorado” de Alvarado, Veracruz (conocida como ‘La Colina de Nahle’ o ‘La casa dorada del Bienestar”), difundiendo encuestas que le dan como “segura” ganadora en la contienda electoral del próximo 2 de junio, la debacle como candidata al gobierno es real.

No es la primera vez que Rocío Nahle demuestra que es una mujer peleada con la transparencia. Los contratos multimillonarios otorgados a amigos, familiares y compadres en la construcción de Dos Bocas, que también se descubrieron con base a investigaciones periodísticas, nunca los aclaró. 

Quien sí transparentó cómo realizaban esas operaciones fue su esposo, José Peña. En un acto con agricultores del sur de Veracruz ofreció -sin ser nada- que los “beneficios” para el campo veracruzano los iba a hacer igual que como en ‘La refinería del Bienestar’.

Anuncios

Pero en la vorágine de modos oscuros de Rocío Nahle, la informada y documentada periodista Lourdes Mendoza revela la vinculación entre la candidata al gobierno de Veracruz y José Samuel Sánchez Reyes, Director General de Normatividad de Hidrocarburos en Pemex, quien fuera uno de los personajes claves en la corrupción del famoso exdirector de Pemex en el gobierno de Enrique Peña Nieto, Emilio Lozoya.

Confirma la periodista que la firma de Sánchez Reyes “aparece como aval en casi todos los contratos asignados directamente a Odebrecht en el sexenio pasado” de lo cual fue linchado, acusado y procesado Emilio Lozoya al descubrir el grave entramado de moches y corrupción del caso.

Sin embargo, el abogado y aun funcionario de Pemex Sánchez Reyes, fue rescatado por Rocío Nahle, a pesar de que está denunciado por enriquecimiento ilícito por 12 millones de pesos y por tener una cercanía sospechosa con empresas como Avanzia, Iberdrola, Gaeca y Baker Hughes (la de de “La Casa gris” de Houston, Texas) y también por acoso laboral, asegura la periodista.

“Aun cuando estas investigaciones estaban abiertas, todas las voces (incluso hay un punto de acuerdo en la Cámara de Senadores) -y el sentido común- pedían no sólo la salida, sino proceder formalmente contra Sánchez Reyes, la tenaz exsecretaria de Energía, lo rescató y nombró Director General de Normatividad de Hidrocarburos” se lee en su columna publicada en El Financiero.

Para la reportera, Rocío Nahle no es honesta ni tampoco feminista. Que el tema de la “La Casa dorada del Bienestar” es apenas la punta del iceberg.

“No me lo van a creer pero hay otra coincidencia entre Nahle, Milo ‘el criminal confeso’ Lozoya y Odebrecht y es Juan Carlos Tapia, quien de la noche a la mañana creó Construcciones Industriales Tapia ,Citapia, convirtiéndose en uno de los empresarios más ricos y poderosos de Hidalgo. Además, es muy amigo del esposo de Nahle.

Imagínense que a pesar de que la SFP impuso una multa de más de 206 mdp contra Citapia por presentar información falsa en Pemex Refinación y el 5 de junio de 2019 fue inhabilitada por 30 meses.

Tapia fundó otras empresas espejo para ganar contratos en la refinería de Dos Bocas. ¡Se le cayó la quijada! ¿o no?

Ya vamos entendiendo de dónde salió la súper mansión y lo increíble es que esa casita es solo una de las muchas que tienen la Nahle y su maridito”, asegura la periodista.

Además, remata en su leída columna algo que los jarochos reconocen: “a los veracruzanos no se le olvida que siendo secretaria jamás se acordó de ellos, vamos que nunca hizo nada para mejorarles la vida”.

La disputa de quién ha sido el morenista más corrupto en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador -descontando al Clan, a la ‘jelipa’, a Pío y sus realezas presidenciales-, está entre Mario Delgado y la zacatecana Rocío Nahle.

Publicidad