Xalapa, Ver.- Este domingo, la arquidiócesis de Xalapa, 50 días después de la Pascua, celebra en el calendario litúrgico de la Iglesia Católica, la solemnidad de Pentecostés donde se recuerda la efusión de uno de los dones más importantes que Cristo ha dejado a la Iglesia, como fruto de su resurrección: el don del Espíritu Santo. 

Con la celebración de Pentecostés se concluye el periodo pascual.

El vocero de la arquidiócesis José Manuel Suazo Reyes explica que el Espíritu Santo es el gran regalo que Cristo Resucitado ofrece a la Iglesia, es fuente de transformación, hace posible una nueva creación, es principio de purificación y es el alma de la misión de la Iglesia. 

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El libro de los Hechos de los Apóstoles, señala, narra el acontecimiento de Pentecostés; el relato está lleno de referencias bíblicas del Antiguo Testamento.

“Así por ejemplo la mención de los truenos, el ruido que viene del cielo, la ráfaga de viento, el viento huracanado, las lenguas de fuego. Todas estas expresiones son usadas en otros pasajes bíblicos para referir alguna teofanía o manifestación divina. Por lo tanto, el acontecimiento de Pentecostés es una auténtica teofanía” añade.

Expone que el Espíritu Santo es fuente de purificación. “Gracias a la acción del Espíritu Santo la iglesia puede administrar el perdón de los pecados. El Espíritu Santo nos purifica y nos hace santos delante de Dios”.

Refiere que la comunidad cristiana es consciente de que la misión de hacer presente a Cristo en el mundo, no puede ser posible sin la ayuda del Espíritu Santo.

“El Espíritu Santo es el alma de la misión de la Iglesia. Sin el Espíritu Santo no sería posible llevar a cabo la evangelización. Así como el Padre ha enviado a Cristo al mundo para mostrarnos el rostro de Dios, de igual manera la Iglesia está llamada a hacer presente el rostro de Cristo. “Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”, recuerda.

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