Desde ayer y hoy 24 de octubre, numerosos peregrinos arriban a la catedral de Xalapa para visitar la tumba de San Rafael y suplicar su intercesión. 

Debido a la contingencia sanitaria, el aforo en la catedral tuvo que ser controlado, por ello desde el día 23 se están haciendo grandes filas de peregrinos para poder ingresar. 

La Arquidiócesis de Xalapa afirmó que la catedral de Xalapa es el destino de miles de peregrinos procedentes de muchas regiones de Veracruz, de otros estados y hasta del extranjero que acuden fervorosos para visitar la tumba de San Rafael Guízar y encomendarse a su intercesión.

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Explica que las visitas no sólo se hacen durante su fiesta, sino cada día se pueden apreciar diferentes peregrinos.

A la tumba de San Rafael acude todo tipo de personas: estudiantes, profesionistas, amas de casa, campesinos, empleados y autoridades de todo tipo. La devoción de San Rafael Guízar trasciende las fronteras mexicanas.

En su comunicado dominical, el vocero José Manuel Suazo Reyes, explica que es ya una tradición en Xalapa que, en lo que fue su catedral, se celebre un novenario de festejos para resaltar los grandes amores de San Rafael: amor a la Sagrada Eucarístía, a la virgen María, a las misiones, al seminario, a los niños, a los pobres, al sacramento de reconciliación, a la doctrina cristiana y a los enfermos.

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El 24 de octubre, la Iglesia Católica celebra la fiesta de San Rafael Guízar Valencia. Se trata del V obispo de Veracruz, “misionero incansable, ferviente devoto de la sagrada Eucaristía y de María Santísima, gran confesor, pastor cercano, famoso por mantener abierto su seminario en tiempos de la persecución religiosa, un gigante de la caridad y modelo de virtudes cristianas. Es un santo que estuvo en nuestra tierra”.

Monseñor Rafael Guízar Valencia nació en Cotija, Michoacán el 26 de abril de 1878. A los 23 años fue ordenado sacerdote. Fue misionero en diferentes partes de la República Mexicana y en el extranjero a donde tuvo que exiliarse debido a la persecución religiosa. En Agosto de 1919 estando en Cuba, fue nombrado obispo de Veracruz por S.S. Benedicto XV. A Veracruz llegó el 3 de enero de 1920.

Guízar Valencia murió en la ciudad de México el 6 de junio de 1938. Fue sepultado en el cementerio “cinco de mayo” de Xalapa, Veracruz, 12 años más tarde su cuerpo fue encontrado incorrupto y se le trasladó a la catedral donde hoy se encuentra su tumba y a donde acuden miles de peregrinos principalmente los días 23 y 24 de octubre.

El milagro por el que fue beatificado el 29 de enero de 1995 por S.S. Juan Pablo II, consistió en que “una mujer estéril genéticamente concibió un hijo gracias a su intercesión”. El segundo milagro por el que fue canonizado por S.S. Benedicto XVI el 15 de octubre de 2006, consistió en “el nacimiento de un niño que mientras se gestaba en el vientre materno, se le detectó paladar hendido y labio leporino. Después de que los padres pidieron la intercesión de San Rafael Guízar, el niño nació completamente sano”.

Estos prodigios hechos por Dios por intercesión de San Rafael Guízar Valencia no son los únicos, con frecuencia uno escucha muchos otros que la gente nos narra con emoción. Muchas personas llevan el nombre de Rafael o Rafaela precisamente porque recibieron alguna gracia por suplicar la intercesión del V obispo de Veracruz.

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