La opinión publicada ayer jueves en El Universal por el periodista Mario Maldonado en su artículo ‘Nahle la decepción de Morena’, ayuda a confirmar lo que muchos analistas y comentadores han reiterado sobre las actitudes, errores y lastres de la ‘Tía Chío’ que agrandan el socavón que se percibe en el ánimo soberbio de los cuatroteros veracruzanos.

Desde hace casi cuatro años (30.01.2019) en el editorial de Palabras Claras titulado NAHLE, NAHLE, NAHLE NO PIERDAS EL TINO se comentó, entre otras cosas, “Ojalá que a la señora Nahle no se le suban los mareantes humos, ni se pierda en las alturas del Valle de México para caer vapuleada como una adornada piñata. Ojalá y recuerde la vieja canción infantil que aún se canta en las fiestas mexicanas: “Dale, dale, dale, no pierdas el tino”.

El augurio fatal de aquellos días se ha hecho realidad. La señora Rocío Nahle, ya como precandidata de Morena, perdió el tino y sólo ha demostrado que en todo ese tiempo no se ocupó de conocer los 212 municipios de Veracruz (no los 202 que algún imbécil le informó), ni tampoco de investigar aunque sea a detalle cuáles son los graves problemas de Veracruz, o porqué desdeñó los señalamientos de nepotismo, corrupción e ineptitud en el gobierno de su compañero y amigo Cuitláhuac García, además del ninguneo generalizado hacia los medios de comunicación y periodistas veracruzanos. Puede afirmarse que en Veracruz ella nunca ha tenido tino, ni tampoco el piso suficiente para su loca aventura de pretender gobernar el estado.

Anuncios

De acuerdo con lo registrado en estos días de precampaña, la candidata zacatecana con deseos de conquistar Veracruz, no actúa con razón ni con conciliación hacia dentro de Morena, mucho menos hacia los veracruzanos. Y eso tiene lógica, nadie ama lo que no conoce. Además, la mayor parte de las personas que la rodean, oriundos de Veracruz, son roedores bailadores del Parque Juárez.

Para los morenistas sólo había una realidad: Nahle será la sucesora de Cuitláhuac, pero descontaron cuántas realidades se van encontrando en el camino. Han ido creciendo en una corriente política demasiado corriente, ambiciosa y sin visión bienhechora, sólo repleta de odios y resentimientos contra aquellas personas que no comulgan con su pensamiento.

Cada uno tiene su particular mirada, sin embargo, los veracruzanos tendrán en sus manos la mejor arma (la boleta electoral) y la bala más letal (el voto) el próximo 2 de junio para aniquilar la ineptitud gubernamental que se han vivido estos últimos años en la entidad.

Publicidad