(SP).- La celebración de la Navidad se realizará en medio de una realidad desafiante y difícil, afirmó el Director de la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa, José Manuel Suazo Reyes.

“El tejido social está lastimado. El año que está concluyendo se ha ido desarrollando entre luces y sombras, lamentablemente por donde quiera hay signos de violencia y miedo que nublan los signos de recuperación que se han estado logrando”, lamentó.

El vocero religioso aseguró que la inseguridad se ha hecho cotidiana y se corre el riego de contaminarnos con una mentalidad fatalista que no alcanza a ver la salida en medio de las situaciones que nos afligen.

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“Deseamos que la celebración del nacimiento del Hijo de Dios lleve a su plenitud la profecía de Isaías que también se escuchará esta noche de Navidad: El Pueblo que caminaba en las tinieblas, vio una gran luz; sobre los que vivían en tierra de sombras, una luz resplandeció… porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado”, dijo.

Para los que comparten la fe cristiana, recordó que la celebración del nacimiento del hijo de Dios no sólo llena de alegría y gozo porque recuerda lo que Dios ya ha hecho por nosotros, sino también alimenta su esperanza y caridad y compromete en la construcción de una mejor sociedad.

“La realidad no se transformará si sólo somos espectadores de lo que está sucediendo, si sólo lamentamos los fracasos o si echamos la responsabilidad a los que están enfrente. Necesitamos comprometernos cada uno desde su propia vocación y misión para que también nosotros veamos esa “gran luz” o para que la luz “resplandezca” en nuestras vidas siendo agentes de transformación”, manifestó.

Destacó que creen que la proyección de la fe no ha sido lo suficientemente comprometida para transformar los “signos de muerte” que encuentran en la vida y muchos problemas que hoy están afectando a la sociedad han surgido en las familias.

“Porque se ha descuidado la formación en los valores, porque se ha puesto mayor interés en el tener, más que en el ser, y porque en muchos hogares no se vive la fe; muchos problemas sociales de corrupción que hoy lamentamos y que han generado mayor pobreza se deben a la falta de coherencia de la fe en los lugares públicos”, criticó.

Denunció que hay muchos creyentes que olvidan sus principios a la hora de trabajar o interactuar con los demás, de ahí que se necesite dignificar la morada donde vivimos.

“Nos alegra que cada vez son más los ciudadanos que han mostrado interés en los asuntos públicos y que se está buscando una mejor participación ciudadana; es alentador que diferentes actores sociales están siendo propositivos en la construcción del tejido social”, expresó.

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