La celebración de la navidad debe impulsar también a solidarizarse con quienes sufren situaciones de dolor, miseria o hambre, así como con los más vulnerables, entre ellos los niños no nacidos, los enfermos, los adultos mayores, los migrantes y los desocupados. 

La arquidiócesis de Xalapa a través de su comunicado dominical señala que por ello, en la navidad muchas personas se involucren en verdaderas iniciativas de caridad que les lleva a compartir con los necesitados. 

“Recordemos además que nadie viene a este mundo por casualidad, la vida es un regalo maravilloso de Dios y por lo tanto toda vida humana es amada y dignificada por el creador. Para Dios no existen niños no deseados, él ama a toda vida que viene a este mundo. La concepción y el nacimiento de Jesús dan dignidad a toda vida humana, desde que se concibe hasta que llega a su desenlace natural”, cita.

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El vocero de la arquidiócesis José Manuel Suazo Reyes expone que, la navidad es el sí de Dios a la humanidad; con la navidad Dios decide caminar con nosotros para enseñarnos el camino que nos conduce a él.

Agrega que la navidad es el regalo de Dios más grande para la humanidad porque a través de él se nos manifiesta la salvación. 

“Dado que en la navidad Dios nos ha hecho el regalo de su hijo es como surge la tradición de intercambiar regalos en este periodo. Ciertamente los regalos más significativos son aquellos que involucran nuestra existencia. No se trata solo de dar cosas, sino de aprender a dar parte de nosotros mismos”, añade.

Subraya que la celebración del nacimiento de Jesús permite comprender la pedagogía divina: Dios se acerca a la humanidad desde lo pequeño.

“Él se aproxima a nosotros a través de un niño recién nacido para que también nosotros nos acerquemos a él, con humildad y desde nuestra fragilidad, provocando la experiencia del encuentro, experimentando su amor y llenándonos de su ternura”.

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