Inquietud y acelere provocó el senador con licencia Ricardo Ahued Bardahuil, con la entrevista “barbera” del viernes pasado. Los medios de comunicación y comentaristas políticos especulan que el exalcalde de Xalapa “viene como relevo” del gobernador Cuitláhuac García en diciembre próximo. Algunos hasta lo aseguran, como si se los hubiera dicho el propio López Obrador.

Pero ese alocamiento solo tiene un origen: los veracruzanos desean que se vaya Cuitláhuac porque no da resultados, bueno, en algo si, en dar trabajo a su familia y amigos, sin necesidad de probar capacidad para la cosa pública.

Sí el actual director de aduanas desea la silla del Palacio de Enríquez, solo hay un pequeño detalle: es necesario reformar el artículo 43, fracción primera, de la Constitución de Veracruz, y hasta el momento en el Congreso de Veracruz nadie ha movido ficha.

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Habrá que esperar ese movimiento político para pensar que el expanista, expriísta, independiente y hoy morenista Ricardo Ahued sea el bueno para desplazar a García Jiménez.

De suceder así, Ahued, sin saber que “le depara Dios” -al cual invoca porque sabe que no le va contestar en vivo- también tendría que explicar a los veracruzanos cuál fue el motivo para incorporar en aduanas a distinguidos ex duartistas, familiares, y hasta un poderoso equipo de comunicadores que integra una diligente oficina de prensa con experiencia en redes sociales.

Es la época republicana de la transparencia y honestidad ¿O no?

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