Por lo que se observa en la campaña de José Antonio Meade por los estados a los que ha viajado, en la que no logra conectar ni su imagen, ni su voz y tampoco el contenido de sus promocionales y su discurso, el cuarto de guerra de su precampaña deberá echarle imaginación para no bajar en la aceptación de la gente.

Y Veracruz no fue la excepción, con todo y la límpida y sobresaliente trayectoria del precandidato priista.

A lo mejor lo que se necesita es que el ritmo caliente y tropical veracruzano le dé una ayudadita y que alguien con más cacumen que los que están en ese cuarto de fallas, más que de guerra, le sugiera, por ejemplo, que contraten al alegre grupo jarocho de Los Flamers, y que le amenice los actos con aquella famosa y bailable canción “Háganle una rueda a Juana”.

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Y es que en el tema del carisma y la sensibilidad a la hora de hacer contacto y que lo recuerden, la gente se acuerda más de la simpatía y buen ánimo de su esposa, la pintora Juana Cuevas.

Estamos seguros que de ese modo sí prendería esa campaña y sería mejor apreciado y recordado por los futuros electores.

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