El cantante estadounidense R. Kelly ha sido sentenciado este miércoles a 30 años de prisión después de haber sido acusado durante prácticamente tres décadas de haber abusado física y sexualmente de mujeres y menores. La condena fue impuesta por la juez federal de distrito Ann Donnelly en la corte federal de Brooklyn.

Los fiscales argumentaron que Kelly aprovechó su fama, dinero y popularidad, así como a personas que lo rodeaban, para llevar a cabo sus crímenes.

“Con la ayuda de su círculo íntimo y durante un período de décadas, el acusado se aprovechó de niños y mujeres jóvenes para su propia gratificación sexual”, reza el memorando de la Oficina del Fiscal Federal para el Distrito Este de Nueva York. “Continuó perpetrando sus crímenes y evitó ser castigado por ellos durante casi 30 años y ahora debe rendir cuentas”.

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El músico ha negado repetidamente las acusaciones de abuso sexual. Sin embargo, fue condenado en septiembre pasado por nueve cargos penales, uno de ellos por extorsión y ocho por violación de la Ley Mann, que prohíbe el transporte de personas a través de las fronteras estatales para la prostitución.

La acusación describió al rapero como un depredador en serie que durante décadas usó su fama para explotar a sus víctimas, y solicitaron una condena superior a 25 años.

“Las décadas de delincuencia [de Kelly] parecen haber sido alimentadas por el narcisismo y la creencia de que su talento musical lo absolvía de cualquier necesidad de confirmar su conducta, sin importar cuán depredadora, dañina, humillante o abusiva fuera para los demás y para las estructuras de la ley”, señalaron en un memorando dirigido al juez.

La acusación asegura que el músico y su entorno reclutaban e influenciaban a las víctimas para mantener con ellas relaciones sexuales, y organizaban sus viajes a conciertos y eventos por todo EE.UU. También acusaron al cantante de confinar a las víctimas en habitaciones de hotel o en su estudio de grabación, controlar cuándo podían comer e ir al baño y obligarlas a obedecer sus exigencias, que incluían que lo llamaran ‘daddy’ (papá).

Por su parte, los abogados de R.Kelly habían solicitado una sentencia de 10 años o menos, alegando que el cantante había sido criado en un hogar violento y que él mismo fue víctima de abusos sexuales. Asimismo, el propio rapero se declaró inocente de todos los cargos y no subió al estrado en su propia defensa.

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