En pleno fin de año y en el Día de los Inocentes, camina el fantasma y la inquietud sobre quiénes serán los próximos magistrados del poder Judicial.

No es una inocentada lo que se comentará, pero sí lo que comienzan a difundir las plumas de la comunicación llevan intenciones de tergiversar la realidad, es necesario que Cuitláhuac García Jiménez, el gobernador de Veracruz, conozca a algunos de los aspirantes a magistrados.

He aquí los primeros “suspirantes”, los cuales, entre paréntesis, se indicarán con número como quedaron registrados en la selección que hicieron los legisladores veracruzanos.

Américo Zúñiga (392).  Ganador de dos elecciones  -diputado local y alcalde- gracias al dinero de Fidel y Javier. Perdedor de seis elecciones, en su paso como alcalde y dirigente del PRI. De trato vetusto, ceremonioso. Falto de inteligencia, no de adulación. Capaz de erguir una estatua para él. Lo mataron las “benditas redes sociales.” Declinó a ser magistrado.

Mauricio Meléndez (387).Solicitante a abre puertas. Amanuense y  sirviente del belicoso Yunes (Héctor). Experto en resguardo de despensas en casas de familiares. Tira al embuste. Sin experiencia judicial. Necesario revisar el cardex académico en los tiempos que deambuló por la escuela de derecho, si es que deambuló.

Armando Adriano Fabre (427).Notario Público. Adulador profesional. Trepador social. Un Mauricio Garcés para “enamorar” a sus víctimas (quizá imitando a su suegro, sólo en lo Garcés). Capaz de vender el alma al diablo. Duartista de hueso colorado. Su virtud: poeta al hablar pero incapaz de cubrir una jubilación o pensión. Especie en peligro de extinción en la cuarta trasformación.

Jacobo Domínguez Gudini (389). De tintes similares a la especie anterior. Experto en derecho, política y lo que le pongan. Aficionado a premios, certificados y medallas que se otorgan -subvencionadas- en colegios, academias o universidades patito. Participa en bautizos, confirmaciones, primeras comuniones, bodas y hasta divorcios. Joven de buen trato e interesado en apellidos compuestos. Veracruzano necesitado de reconocimiento. Sin experiencia judicial.

Tomás Carrillo (80). Su destino quedó marcado. Por andar de acomedido en su terruño, el caballo lo tiró. De trato exquisito, engaña bobos. Político de la cuenca y con intelecto no mayor a un cuenco. Pariente de Gaspar, no el Rey mago, el Henaine. 

Clara Luz Prieto (107). Persona “fiel” a sus principios. Controladora de su circulo más íntimo al grado de celar y persuadir a quien sea. Su “Luz” le facilita la “Clara” idea de sus fines. Conquistadora, atrevida y dispuesta a luchar contra cualquier sexo para lograr sus objetivos. Sin experiencia judicial y con historial que contar, por cierto, “Prieto”.

Esta historia continuará.

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