El perro es el animal considerado el mejor amigo del hombre, y es que esa frase resume a la perfección el video viral que fue compartido en la plataforma de YouTube. El día de hoy les vamos a contar sobre un can quien es el protagonista el cual estuvo perdido por más de 2 años y, a pesar de ello, nunca olvidó a su dueño.

La hermosa escena que muestra el reencuentro entre ambos ha emocionado a miles de personas en redes sociales, tanto fue su éxito que de igual forma la compartieron en la red social de Facebook. Las siguientes imágenes te harán derramar más de una lágrima.

El nombre del perro es Bosco y es un Beagle que desapareció de su casa en Westerly, Rhode Island, Estados Unidos, cuando teníala edad de 9 años de edad. Resulta que, en aquel entonces, el animal exploró el vecindario sin su collar y luego no supo cómo volver a su casa, (típico de todos los perros jaja).

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Bill Ballato, su dueño, buscó a su fiel amigo, pero no tuvo éxito. Él, que sufre de una discapacidad en su espalda, pasó meses sin respuesta del paradero de su mascota, y cuando tuvo que mudarse a Lafayette, Colorado, pensaba que jamás volvería a ver a su perro.

Los carteles que él pegó en Rhode Island permanecieron ahí y, después de haber transcurrido 2 años, unas personales dijeron que habían visto al perro viviendo en las calles y que tenía mucho miedo al estar cerca de los humanos.

Sheilah Graham, es un “detective de mascotas”, se enteró de la situación y se contactó con Bill para saber más de Bosco. Tras hacer una trampa llena de sus comidas favoritas, lo capturó y lo puso a salvo.

Pero su buena acción no terminó ahí, pues ella, al saber la condición del dueño del perro y al conocer que un animal no iba a tener el permiso de viajar en un avión solo, decidió conducir 200 millas durante 36 horas para llevar a la mascota de vuelta hasta su casa.

Sheilah Graham, en todo momento, cuidó a Bosco durante el viaje que ella misma pagó, sin importarle conducir a través de 2 tormentas de nieve. Al final, pasaron exactamente 764 días sin que Bill y Bosco estuvieran juntos.

De principio el perro no reconocía a su dueño, pero al escuchar el grito de “amigo” por parte de él, todo cambió. Sabía que estaba nuevamente con su persona favorita en el mundo.

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