En junio, Savannah Benavidez tuvo que dejar su empleo como encargada de facturación en una institución sanitaria para cuidar a su hijo de 2 años luego de que su guardería cerrara. Como necesitaba dinero para vivir, creó una cuenta de OnlyFans —una red social en la que los usuarios venden contenido original a suscriptores mensuales— y comenzó a subir fotografías de ella desnuda o en lencería.
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Benavidez, de 23 años, ha ganado 64.000 dólares desde julio, lo suficiente no solo para vivir, sino para ayudar a algunos amigos y familiares con la renta y los pagos de sus autos.
“Es más dinero del que jamás he ganado en ningún trabajo”, dijo. “Tengo tanto dinero que ni sé cómo gastarlo”.
Lexi Eixenberger esperaba una fortuna similar cuando abrió su cuenta de OnlyFans en noviembre. Eixenberger, de 22 años, una empleada en un restaurante en Billings, Montana, ha sido despedida tres veces durante la pandemia y para octubre estaba tan necesitada de dinero que tuvo que dejar sus estudios de asistente odontológica. Después de donar plasma y estar en diversas colocaciones, de todos modos no juntaba lo suficiente para vivir, así que, cuando unos amigos se lo sugirieron, recurrió a OnlyFans. Hasta ahora solo ha ganado 500 dólares.
“La gente cree que tomarte fotos desnuda y publicarlas en línea es fácil, pero es mucho trabajo, es un empleo de tiempo completo”, afirmó Eixenberger, quien dice que a veces publicar sus fotografías “la hace sentir un poco sucia”.
La popularidad de OnlyFans, fundada en 2016 y con sede en el Reino Unido, ha cobrado auge durante la pandemia. Para diciembre pasado, tenía más de 90 millones de usuarios y más de 1 millón de creadores de contenido, un aumento considerable con respecto a los 120.000 en 2019. La compañía no quiso comentar para este artículo.
Dado que hay millones de estadounidenses desempleados, algunas personas, como Benavidez y Eixenberger recurren a OnlyFans en busca de un sustento para ellas y sus familias. La pandemia ha sido especialmente desastrosa con las mujeres y madres, pues ha sacado del juego a los sectores de la economía en los que las mujeres dominan: negocios de comercio minorista, restaurantes y atención médica.
“Mucha gente está migrando a OnlyFans por desesperación”, afirmó Angela Jones, profesora adjunta de Sociología en la Universidad Estatal de Nueva York en Farmingdale. “Son personas a las que les preocupa qué van a comer, les preocupa que no les corten la electricidad, les preocupa que no las echen de su casa”.
Pero para cada persona como Benavidez, quien es capaz de usar OnlyFans como su fuente principal de ingresos, hay docenas más, como Eixenberger, que esperan fortuna y terminan con solo unos cientos de dólares y nerviosismo de que las fotografías afecten sus posibilidades de conseguir un trabajo en el futuro.
“Ya es un mercado muy saturado”, dijo Jones sobre el contenido explícito en línea. “La idea de que la gente simplemente va a abrir una cuenta de OnlyFans y le comenzará a llover dinero es de verdad errónea”.