La Iglesia mexicana exigió este domingo un alto a la violencia y pidió al Gobierno mexicano revisar sus estrategias de seguridad, controlar a la delincuencia y aplicar la ley, tras los hechos violentos que se han registrado en el país en los primeros días del año.

“¡Basta de tanta violencia que sigue manchando de sangre la historia de nuestro querido país!”, dijo la Arquidiócesis mexicana en su editorial dominical Desde la Fe.

La Iglesia enumeró los hechos “de enorme violencia” que han marcado el inicio del 2023: el motín mortal en un penal en la fronteriza Ciudad Juárez, que dejó 20 muertos y 30 reos fugados; y la detención el pasado jueves de Ovidio Guzmán, hijo del narcotraficante Joaquín, “El Chapo” Guzmán.

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“Los dos acontecimientos nos han mostrado un evidente control que ejerce la delincuencia en las cárceles, como quedó de manifiesto en Ciudad Juárez, y el dominio de territorios enteros en manos del crimen organizado, como hemos visto en Sinaloa”, enfatizó.

Señaló que “el Estado mexicano tiene la capacidad de controlar a la delincuencia cuando se lo propone” y dijo que cuando se aplica la ley para que no haya impunidad “se puede evitar que crezca la inseguridad, la violencia y la descomposición social”.

Criticó que la detención de Ovidio Guzmán el pasado jueves “no soluciona nuestros problemas”.

“Si el gobierno no ejerce ante el crimen organizado su responsabilidad para aplicar el Estado de derecho y evitar la impunidad, los mexicanos seguiremos siendo rehenes de los delincuentes”, enfatizó.

Finalmente, pidió a los grupos criminales recapacitar ante el dolor y el sufrimiento que ocasionan a la sociedad.

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