Este sábado, el mandatario estadounidense, Joe Biden, basado en las recomendaciones de un equipo de diplomáticos, mandos militares y de inteligencia, autorizó el despliegue de aproximadamente 5.000 efectivos militares en Afganistán. Esto, con el objetivo de “llevar a cabo una retirada ordenada y segura del personal estadounidense y de otros aliados […] que corren un riesgo especial por el avance de los talibanes”, señaló la Casa Blanca a través de un comunicado.

De acuerdo al documento, Biden ha instruido a elementos del Ejército y de la unidad de inteligencia para garantizar que su Administración mantenga “la capacidad y la vigilancia para hacer frente a futuras amenazas terroristas” procedentes del país asiático.

Asimismo, el Gobierno estadounidense, a través de un Comando de Combate, advirtió a los representantes de los talibanes en Doha (Catar) que cualquier operación que estos realicen que suponga algún peligro para el personal del país norteamericano o su misión en territorio afgano, “será respondida con una respuesta militar rápida y contundente”.

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Del mismo modo, el mandatario aseguró que su Administración está trabajando para evacuar a miles de personas, y a sus familiares, que ayudaron a la causa estadounidense, así como para “procesar, transportar y reubicar a los solicitantes de visados especiales para inmigrantes afganos y otros aliados”.

El avance de los talibanes en Afaganistán

Los enfrentamientos armados en Afganistán se recrudecieron poco después de que Biden anunciara en abril la retirada de los últimos 2.500 militares del país, lo que motivó el inicio de las ofensivas talibanes para recuperar el poder y el territorio perdido con la intervención estadounidense.

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Después de llevar a cabo una serie de operaciones generalizadas desde el viernes 7 de agosto, los talibanes han tomado el control de las capitales de 20 de las 34 provincias afganas, siendo la ciudad de Mazar-e Sarif, la cuarta más grande del país, la última en ser capturada al caer este sábado en manos de los insurgentes, que de esta manera controlan la provincia de Balj y la totalidad del norte de Afganistán.

Actualmente, el movimiento talibán se ha hecho con el control de Kandahar y Herat, la segunda y tercera ciudades más importantes de Afganistán, así como de la estratégica Ghazni, por lo que la posibilidad de que el asalto a la capital, Kabul, pudiera darse en pocos días no se descarta.

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