El contralmirante Salvador González Guerrero, titular de la oficina de representación del Instituto Nacional de Migración (INM) en Chihuahua, cayó en al menos dos contradicciones sobre el incendio ocurrido el pasado 27 de marzo en la estación de Ciudad Juárez, donde murieron 40 migrantes.

De acuerdo con la declaración ministerial que forma parte de la carpeta de investigación abierta por la Fiscalía General de la República (FGR) sobre el incendio, González Guerrero aseguró que el supervisor en turno de la empresa de seguridad privada Grupo Tank, Omar Pérez Martínez, le llamó a su celular a las 9:30 de la noche para sólo pedirle apoyo del personal de migración y le colgó.

Pero el testimonio de Omar Pérez, incluido en la carpeta de investigación, dice que, una vez iniciado el incendio, mientras intentaban rescatar a los migrantes, se comunicó vía celular con Salvador González para informarle sobre “los sucesos”.

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De hecho, el contralmirante González Guerrero reconoce que no sabía cómo había iniciado el incendio en el centro de detención. Fue hasta las 10:52 de la noche cuando recibió un video de 32 segundos en el que se mostraba el origen de la tragedia.

El video le fue enviado por Antonio Molina Díaz, director de control y verificación migratoria, a quien le solicitó más imágenes, pero el funcionario que se encontraba en la Ciudad de México le informó que las cámaras habían sido vandalizadas. La realidad es que las cámaras se encontraban operando.

En ninguna parte de su declaración ministerial, el contralmirante González Guerrero señala haberse comunicado con Francisco Garduño, titular del Instituto Nacional de Migración (INM), a quien dice vio hasta el día siguiente del incendio.

Por otra parte, cuando el contralmirante llegó a la estación migratoria siniestrada, alrededor de las 10 de la noche de ese 27 de marzo, cuestionó al supervisor de seguridad privada, Omar Pérez, por qué no habían roto el candado de la puerta de acceso a la celda para liberar a los migrantes, a lo que respondió que al personal de seguridad no se le permite tener objetos como hachas o alguna otra herramienta capaz de romperlo.

González Guerrero también afirmó, según consta en un memorándum anexado a la carpeta de investigación, que las áreas y equipo del centro de detención contaban con un plan de contingencias, accesos de entrada y salida en casos de siniestro y equipos contra incendios.

Pero el reporte de los bomberos y las investigaciones periciales contradicen sus dichos, ya que demostraron que no había salidas de emergencia, ni extintores ni detectores de humo en las áreas donde se encontraban los migrantes.

Durante el incendio, el personal de rescate tuvo que abrir un boquete en una pared para sacar a los migrantes intoxicados y los cuerpos de los fallecidos.

El contralmirante González Guerrero fue detenido el pasado 16 de abril en Ciudad Juárez, acusado por la Fiscalía General de la República de homicidio y lesiones dolosas. La audiencia para definir si permanece en prisión se realizará el 21 de agosto próximo.

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