La política de la separación de niños de sus progenitores en la frontera de Estados Unidos con México, llevada a cabo por la Administración del expresidente Donald Trump, empezó meses antes de las fechas indicadas oficialmente, informa The Washington Post.

Aunque la infame política de ‘tolerancia cero’, que permitía separar forzosamente de sus padres a los niños de migrantes ilegales, empezó oficialmente en abril de 2018, salen a la luz más y más detalles que demuestran que en algunas zonas de la frontera las separaciones se produjeron al menos un año antes.
Un programa secreto

Los datos sugieren que en mayo de 2017 la Patrulla Fronteriza en Yuma, Arizona, empezó a deportar a migrantes ilegales que cruzaban la frontera por primera vez, en el marco de un programa piloto denominado ‘Iniciativa de Consecuencia Criminal’. Entre las personas deportadas se encontraban padres separados de sus hijos. El más pequeño de los niños tenía solo 10 meses.

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Según los datos del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, entre el 1 de julio y el 31 de diciembre de 2017, 234 familias fueron separadas en Yuma, una cifra casi idéntica al número de familias separadas en otro programa piloto en El Paso (Texas, EE.UU.) de ese mismo año. Esta estadística oficial, sin embargo, empieza unos meses más tarde, por lo que el número de las familias afectadas habría sido aún mayor, estima The Washington Post.

Los datos de las separaciones en Yuma salieron a la luz en el marco de los intentos del Gobierno del actual presidente de EE.UU., Joe Biden, de reunificar a familias separadas durante el mandato de Trump.
Familias devastadas por todo el mundo

Aunque estimaciones previas sugirieron que los miembros de familias deportadas procedían principalmente de México, se ha descubierto que la política de separaciones tenía una distribución geográfica muy amplia.

Entre 2017 y 2018, padres de al menos 22 países fueron separados de sus hijos en la frontera. Ahora las solicitudes de reunificación llegan desde países de todo el mundo.

Muchas familias siguen aún separadas, mientras las autoridades no logran localizar a algunos padres deportados en el marco del programa de Yuma.

Más de 5.600 familias fueron separadas entre mediados de 2017 y mediados de 2018, señala el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos. Actualmente, se desconoce si se llevaron a cabo más separaciones no registradas en los periodos anteriores.

Según The Washington Post, el cambio constante de estadísticas relacionadas con las separaciones demuestra las dificultades de evaluar los efectos dañinos de la política migratoria del Gobierno de Donald Trump.

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