La propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador de utilizar una partida aprobada recientemente por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el pago de deuda ‘topó con pared’ en la forma de Gerardo Esquivel, uno de los subgobernadores que él nombró para el Banco de México.

A principios de agosto, el organismo aprobó la asignación de Derechos Especiales de Giro (DEG), equivalente a 650 mil millones de dólares, la más alta en la historia del fondo.

“Van a otorgar créditos a tasas bajas por 650 mil millones de dólares. En el caso de México, le corresponden alrededor 12 mil millones de dólares. Nosotros podríamos utilizar esos recursos (…) para pagar deuda por anticipado. Eso también lo aclaro, porque nos importa que no nos aumente la deuda”, dijo.

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López Obrador se estaba refiriendo a los Derechos Especiales de Giro (DEG), un activo de reserva internacional creado por el Fondo en 1969 para complementar las reservas de sus países miembros.

Justo en este mes, el FMI aprobó la asignación de 456 mil millones de dólares para, entre otros objetivos, ayudar a los países miembro a hacer frente a la crisis provocada por la pandemia del COVID-19.

A la sugerencia contestó el subgobernador Esquivel quien fue claro al respecto: por ley, esa partida no se puede utilizar para pagar deuda.

“Los derechos especiales de giro (DEGs) no son una moneda, son un activo de reserva internacional. En México, por mandato de ley, los activos de reserva internacional no se pueden usar para pagar deuda”, publicó en su cuenta de Twitter.

“Actualmente, las reservas no se pueden usar directamente para pagar” la deuda del gobierno, dijo Carlos Capistran, director de economía de México y Canadá de Bank of America.

“Si esa puerta está abierta, el Gobierno también podría utilizar todas las reservas y es posible que al mercado no le guste eso”, añadió.

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