Al menos dos niños son asesinados en promedio cada día en México con armas de fuego, según el Sistema Nacional de Seguridad Pública, lo que representa un incremento de 6.8% respecto al año pasado, lo que hace de 2022 el “año más letal” para este sector demográfico.

“Estamos viviendo un momento de extrema violencia, donde la garantía de seguridad y protección hacia la niñez, está siendo violentada de una manera nunca antes vista y es hora de poner un alto a estos crímenes tan brutales y atroces”, de acuerdo con el presidente del Consejo Nacional de Seguridad Privada (CNSP) Raúl Sapién.

En los primeros 11 meses de 2022 se registraron 1,116 asesinatos de niñas, niños y adolescentes en México, según la organización civil Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim).

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“La violencia armada cobró la vida de niñez y adolescencia asesinadas en enfrentamientos entre grupos de la delincuencia y el crimen organizado”, señaló Tania Ramírez, en el acto de presentación del Balance Anual 2022 de la ONG.

En los primeros nueve meses de 2022 se registraron más homicidios por arma de fuego en contra de niñas, niños y adolescentes (754), que la cantidad total de homicidios intencionales registrados en todo un año en un país azotado por una guerra civil como Siria, según expone el informe.

Entre enero de 2021 y noviembre de 2022 cuatro de los delitos contra niñas, niños y adolescentes se incrementaron hasta casi 30% en México: extorsión (13.2%), homicidio (4.1%), lesiones (29.9%) y trata de personas (16.1%), de acuerdo con la medición de Redim.

“El año 2022 mostró vulneraciones y crueldad en contra de niños, niñas y adolescentes en México”, dijo Ramírez, quien expuso que el impacto del crimen contra la infancia y adolescencia pone sobre la mesa “una grave crisis de derechos humanos y violencia armada en el país”.

Frente a las graves violaciones a los derechos de este sector demográfico, la organización consideró “fundamental fortalecer sistemas de justicia que garanticen verdad, justicia, reparación integral y no repetición, a través de la investigación de los homicidios dolosos en contra de las infancias”.

Otro reporte reciente de Seguridad Pública señala que entre enero y septiembre del 2022, 627 menores fueron asesinados, un 7% más que en 2021, ya sea en emboscadas o fuego cruzado.

La mayor parte de los menores se encontraba con sus padres o familiares a la hora de ser atacados y los estados con mayor incidencia se ubican en la región central y sur del país, estimó el Redim.

En noviembre pasado, una niña de 5 años y su abuelo, un vendedor de comida, perdieron la vida cuando fueron alcanzadas por enfrentamientos registrados en la ciudad de Loreto, Zacatecas, uno de los “puntos rojos” del mapa de la violencia en el país.

En otro episodio igual de trágico, ocurrido en abril del año anterior, cuatro niños fueron asesinados en el estado de México, a unos 70 kilómetros de la capital, en el municipio de Tultepec, cuando hombres armados irrumpieron en su vivienda y dieron muerte a toda una familia de 8 miembros.

En los casi 4 años de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador más de 8, 000 niños y adolescentes perdieron la vida en medio del “fuego cruzado” entre bandas criminales o entre fuerzas del orden y delincuentes, de acuerdo con la presidenta de la Comisión de Grupos Vulnerables de la Cámara de Diputados, Gabriela Sodi.

Estas elocuentes cifras deberían de encender “las alertas en rojo, no solo en México sino en el mundo, ya que esto es una circunstancia casi de guerra en nuestro país”, advirtió la legisladora.

Los niños no sólo mueren “por accidente” o por estar “en el lugar y el momento equivocados”, sino también al ser usados como “halcones” (vigilantes) o distribuidores de drogas, el último eslabón en la cadena del crimen organizado, como dan cuenta las noticias que difunden los medios informativos cada vez con más frecuencia.

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