La libertad de expresión es el tema que más ha polarizado a los mexicanos en los últimos cinco años, reveló un estudio de la firma Llorente y Cuenca (LLYC).

De acuerdo con el informe ‘The Hidden Drug. Un estudio sobre el poder adictivo de la polarización del debate público’, la discusión polarizada sobre libertad de expresión está “muy relacionada con el genérico de derechos humanos, que muestra un mayor volumen de conversación” en México.

“Los asesinatos de periodistas, los atentados de los narcos o las violaciones de derechos por ciertas autoridades justifican este estado de opinión”, señala el documento.

También destacó el nivel polarización en temas como el salario mínimo, aborto, migración, aunque en este último caso se observan pocas connotaciones negativas por la situación fronteriza con Estados Unidos.

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Sin embargo, el informe ubicó a México como el segundo país menos polarizado en Iberoamérica, donde la polarización ha crecido 40 por ciento en los últimos cinco años, de acuerdo con los hallazgos de LLYC bajo técnicas de ciencia de datos e inteligencia artificial, aplicadas entre el 1 de septiembre de 2017 y el 31 de agosto de 2022.

“México es el segundo país que menos polariza. Al contrario, en la parte de arriba del ranking está Brasil, que en los últimos años ha tenido por temas políticos mucha polarización, Argentina y España, también por el crecimiento de la ultraderecha y Colombia”, detalló en entrevista David González, socio y director general de la Región Norte de América Latina en LLYC.

González explicó que México también tiene más consenso en temas como el feminismo y la crisis climática frente a otros países iberoamericanos.

Por otro lado, advirtió que durante los últimos cinco años en México la polarización creció de forma muy acelerada en temáticas como libertad de expresión, derechos humanos, racismo, aborto y feminismo.

El directivo agregó que también se identificó, con especialistas en diversas áreas involucradas, que la polarización también genera una adicción, con similares efectos a los de las drogas.

“Le llamamos una adicción porque se produce un ciclo cada vez más corto de consumo y nos apetece consumir más y queremos consumir más”, señaló.

Agregó que también se encontraron efectos similares como la ansiedad, en diferente grado, miedo, sensación de pérdida, incapacidad de pensar de manera clara, miopía intelectual, abstinencia, entre otras.

Asimismo, el informe de LLYC apuntó que en México el bloque de la sociedad identificado como de derechas o conservador lidera la conversación pública desde el ascenso de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia en 2018.

Esto, al igual que en otras latitudes como en Argentina, República Dominicana y Panamá, mientras que se identifica un mayor volumen de los de izquierdas o progresistas en países como Estados Unidos, Colombia, Brasil y Portugal.

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