Desde hace meses, varios de los precandidatos de MORENA a la presidencia han violado sistemática e impunemente la legislación electoral realizando actos anticipados de campaña. Ahora, refrendando su proclividad para arrebatar ventajas ilegales, el presidente y su partido han dado el banderazo para iniciar una precampaña colectiva bajo el transparente camuflaje de etiquetas tramposas. Fue así que, refiriéndose a este atropello flagrante, López Obrador manifestó en días pasados, durante una reunión con los consejeros del Instituto Nacional Electoral, que no se está definiendo una candidatura presidencial sino un “coordinador de la defensa de la transformación”.

Ante semejante cinismo y la enésima burla a la Constitución, es notoria la pasividad del Instituto Nacional Electoral. Peor aún, resultan vergonzosas las declaraciones de la presidenta del Instituto, quien manifestó al término de dicha reunión que las expresiones del presidente han sido “muy benévolas” y que las relaciones entre el INE y el gobierno federal están “en el mejor momento”.

Contrario a la obsecuencia de la presidenta del INE, la Comisión de Quejas del Instituto debe atender las denuncias ante el macro-atropello electoral de MORENA y asegurar que se cumplan con los plazos y normas que regulan las precampañas. Por su parte, los partidos de oposición no deben caer en la trampa de ensuciar el proceso electoral poniendo en duda sus resultados, y deben en cambio contribuir, mediante sus declaraciones y sus acciones, a que tengamos unas elecciones limpias, equitativas y justas.

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Ante los que quieren arrebatar a los mexicanos el derecho a elegir libremente y sin trampas a sus representantes, opongamos siempre la razón, la integridad y la ley.

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