Antes de la pandemia, los espacios de trabajo compartido no estaban muy difundidos en México. Ahora, las modalidades de teletrabajo se están convirtiendo en opciones que transforman las prácticas y dinámicas de oficina.

Sobre este tema, la investigación Disposición a pagar/aceptar por trabajar cerca del hogar: aplicación de un experimento de elección discreta a las oficinas de la Zona Metropolitana del Valle (ZMVM) de México ofrece resultados interesantes.

Las y los oficinistas de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México que laboran en las zonas de Polanco y Santa Fe, y viven lejos de esos centros de trabajo, estarían dispuestos a pagar en promedio mil 460 pesos al mes por ir a una oficina compartida cerca de sus hogares para evitar los costosos y extensos traslados en transporte.

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La investigación fue financiada por el EQUIDE de la IBERO y se realizó entre noviembre y diciembre del año 2019, antes de la pandemia. Este proyecto es un primer insumo hacia un gran proyecto de investigación transdisciplinar que busca estudiar la resiliencia de las ciudades. Incluso funciona como antecedente para observar cómo están cambiando las dinámicas laborales luego de la pandemia.

Las mil 500 encuestas se realizaron mediante la técnica econométrica denominada experimento de elección discreta. Esta técnica de investigación es muy utilizada en marketing para valorar cuánto estaría dispuesto a pagar un cliente por un producto o servicio, y en este caso por una renta de bien inmueble para el trabajo en espacio compartido, un lugar intermedio entre el centro de trabajo y el hogar, precisó el Dr. José Alberto Lara.

Se aplicaron mil 500 encuestas. Las y los encuestados eligieron un representación gráfica de tres escenarios hipotéticos:

Escenario 1. ¿Estaría dispuesto a pagar 700 pesos por llegar en 15 minutos caminando al espacio coworking desde su hogar sin estacionamiento para bicicletas?

Escenario 2. ¿Estaría dispuesto a pagar 350 pesos por llegar en 30 minutos caminando al espacio de coworking con estacionamiento para bicicletas?

Escenario 3. Ninguna de las opciones anteriores. No estaría dispuesto a pagar. Prefiere el traslado a la oficina.

Como se mencionó al inicio de esta nota informativa, los primeros resultados revelaron que las y los oficinistas de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México muestran disponibilidad a pagar hasta mil 460 pesos en promedio para trabajar en oficina compartida. Este monto representa 8.4% del ingreso de la muestra, detalló el economista José Alberto Lara, en el marco de los Seminarios Extraordinarios del EQUIDE disponible en el enlace.

La investigación discute que si se adoptaran oficinas compartidas se reducirían los traslados por trabajo, se reducirían potencialmente los embotellamientos de automóviles en horas pico, se reducirían las emisiones de carbono y uso de energía, y se contribuiría a las políticas de ciudades de 15 minutos.

“Trabajar en oficinas compartidas disminuye los efectos negativos del trabajo desde casa: el aislamiento, el sedentarismo, los ruidos y las malas conexiones a internet. Además, aumenta la productividad”, precisó el Dr. José Alberto Lara.

Con estos primeros resultados se buscan simular redes de oficinas compartidas con base en la demanda estimada. Junto con investigadores de Ciencias Atmosféricas de la UNAM, se busca estudiar los efectos de la red de oficinas compartidas en la contaminación atmosférica. Estos intereses de investigación fueron presentados al Gobierno de la Ciudad de México, en especial a las secretarías del Trabajo y de Medio Ambiente, para diseñar políticas públicas.

El Dr. José Alberto Lara Pulido busca establecer un grupo transdisciplinario de investigación que ayude a la Ciudad de México a aprovechar las lecciones que está dejando el COVID-19 para incrementar la resiliencia urbana, y establecer una red de economistas de Quito, Nueva Delhi y Ciudad de México, ejemplos de ciudades de países emergentes.

El trabajo fue realizado por el Dr. José Alberto Lara Pulido, director del CENTRUS de la IBERO en colaboración con el Dr. Adrián Martínez Cruz, académico de la Swedish University of Agriculture Science como parte de un primer insumo de un proyecto transdisciplinario que busca estudiar la resiliencia de las ciudades.

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