El Centro de Estudio Económicos del Sector Privado (CEESP) pronostica un fracaso de Claudia Sheimbaum Pardo si llega a ser presidenta de la República, ya que no tiene la popularidad ni la base dura ni lealtad de la que goza Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

“Sheinbaum se muestra, por ahora, más próxima a la consolidación de la 4T. Ella representa al ala más radical de la izquierda, incluso más que AMLO”, revela el organismo dirigido por Carlos Hurtado López. 

Si llegara a presidir el país, especialmente con la intención de prolongar la llamada transformación, enfrentaría problemas considerables, afirma el órgano asesor en materia económica del Consejo Coordinador Empresarial y de empresas de primer nivel en México.

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La jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheimbaum Pardo “no tiene la popularidad ni la base dura y la lealtad de la que goza López. La compensación de esa deficiencia exigiría gasto público creciente, con una sostenibilidad fiscal ya frágil y sin márgenes”, expresa el CEESP. 

“Y muy probablemente su llegada y la de su equipo generaría una nueva ola de incertidumbre”, manifiesta la institución que elabora análisis e investigación de la coyuntura económica.

La transición de Andrés Manuel López Obrador a Claudia Sheinbaum Pardo podría ser similar a la de Lula da Silva a Dilma Roussef en Brasil en 2011, “que culminó con el fracaso de ella, al carecer del carisma y las buenas condiciones de Lula y no reaccionar con los ajustes debidos”, declara.

Destacó que la otra posibilidad de Morena sería la designación de una candidatura más moderada como podría ser la de Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores (SRE) y, en menor grado quizá de Ricardo Monreal Ávila, senador de Morena. 

“En caso de obtener el triunfo, esta opción probablemente elegiría una senda más bien de socialdemocracia, con aspiraciones más ortodoxas tipo (algunas) de Europa occidental”. 

“Esta alternativa permitiría virar con mayor facilidad hacia reactivar rápidamente la inversión y el consumo mediante enfoques de mayor frescura que los actuales. 

La actitud hacia la inversión productiva sería posiblemente más amigable y el acercamiento a Estados Unidos más claro”. 

Según el CEESP, habría más oportunidad de lograr entusiasmo de la inversión como se señaló antes: con medidas que serían razonables en otros contextos, pero con gran impacto después de las políticas y posiciones del gobierno actual.

Agrega que gane Morena o el bloque opositor, la nueva administración heredará una economía frágil, quizá estable por el momento, pero prendida de alfileres, así como con otros problemas y quizá menos inminentes, pero similar a la de 1994-1995. 

“El escenario positivo para la nueva administración será la oportunidad de crear las condiciones necesarias para aprovechar plenamente la tendencia a la relocalización de las inversiones, o nearshoring”, apunta.  

El nuevo gobierno podrá tomar decisiones que este no ha tomado, incluyendo las compatibles con la relocalización, que tendrían buenos dividendos en términos de inversión, detalla el Centro de Estudio Económicos del Sector Privado.

“En varios casos, medidas y políticas que, siendo razonables por sí mismas en otros contextos, podrían fácilmente generar gran entusiasmo después de la experiencia vivida en este gobierno -algo similar al impacto generado por el anuncio de la inversión de Tesla-”, precisa el CEESP.

Por el lado de Morena, es factible y hasta probable que llegue a la contienda presidencial dividido, resultado de la elección de su candidato. 

“Todo apunta a una decisión a favor de Claudia Sheinbaum, y es posible que Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal no lo acepten pasivamente cooperando con ella. Una situación así claramente debilitaría al movimiento”.

Agrega que hasta cierto punto es difícil pronosticar el comportamiento de un nuevo presidente respecto a las políticas de su predecesor.

“En los tiempos del PRI dominante no era raro que el entrante deshiciera políticas adoptadas por el saliente. Esto era una regla entendida al parecer por todos los actores”. 

Por el lado de la oposición, si se organiza un bloque coherente y sólido que pueda acceder al poder, las posibilidades de reactivación económica en el plazo inmediato serían mayores y altamente probables, en comparación con cualquiera de las opciones de Morena, destaca.

Aunque sea solamente porque se esperaría un golpe de timón con respecto a las políticas económicas del actual gobierno, con una actitud más favorable a la inversión nacional y extranjera, y a su vez generaría mayor entusiasmo e interés congruentes con las tendencias de la relocalización de la actividad económica, asevera.

Un gobierno de coalición opositora enfrentaría enormes retos de gobernabilidad, al intentar mantener la cohesión y lograr para ello un equilibrio en la distribución de cargos y responsabilidades entre sus integrantes y las facciones que representan cada uno de ellos, detalla el CEESP.

“Bajo cualquier gobierno que sea elegido, las siguientes administraciones enfrentarán un desafío colosal en la reconstitución de instituciones, sistemas y recursos financieros y humanos en diversas áreas, como Educación, Salud, Seguridad Pública y regulación económica en los tres órdenes de gobierno, rigideces y costos del mercado laboral, organismos reguladores federales, condiciones fiscales sostenibles y distribución adecuada del gasto público y el reordenamiento de las responsabilidades de las fuerzas armadas, entre otras”, concluye.

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