La senadora morenista habría tocado los intereses del narcotráfico al buscar, de manera insistente, la gubernatura de Oaxaca en lugar de su compañero, ligado con el crimen organizado, Salomón Jara

La batalla librada por Susana Harp Iturribarría, senadora del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), para convertirse en la próxima candidata a la gubernatura de Oaxaca ha generado problemas no sólo dentro del partido político, también por fuera, y ya llegó a la esfera del crimen organizado, que ven en ella un riesgo para sus intereses.

De acuerdo con la columna del periodista Raymundo Riva Palacio, publicada en Ejecentral, la militante morenista, amenazada e intimidada por el narco durante varios actos públicos, caló hondo en las fuerzas políticas vinculadas con criminales por sus protestas.

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Para el periodista, esta situación en Oaxaca representa “el principio del último capítulo de la narcopolítica que se está escribiendo en México”, pues se han “alineado los astros” de una manera muy polémica dentro de Morena.

Recordó que el partido guinda estaba a punto de candidatear a Harp, pues era del gusto de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Sin embargo, en las últimas semanas el ánimo cambió al bando de Salomón Jara, quien fue seleccionado para competir por la gubernatura, situación que intenta impugnar Harp Iturribarría.

Pero, ¿qué impulsó este giro? Riva Palacio aseguró que Jara ha recibido “apoyos” por parte de alcaldes, en la zona del Istmo de Tehuantepec, vinculados al narco. Asimismo, mencionó que consiguió el apoyo del Partido Revolucionario Institucional (PRI), luego de que su líder nacional, Alejandro Moreno, no siguió la propuesta de Alejandro Murat, aún gobernador de Oaxaca, sobre nominar a su exsecretario de Administración, Germán Espinosa.

En su lugar colocó a Alejandro Avilés, diputado local y socio de “Alito”. Avilés también ha sido vinculado al crimen organizado, pues su hermano, un notario de Cosamaloapan, Veracruz, está siendo investigado por sus nexos criminales.

Por ello, en caso de obtener su nombramiento oficial como candidato de Morena, así como en un escenario donde gane las elecciones del próximo mes de junio, Salomón Jara, señaló el comunicador, tendrá que aclarar su situación, sus vínculos, deslindarse de cualquier señalamiento y actuar contra el narco en el estado.

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Dicho escenario se está volcando contra Susana Harp, y sus oponentes ya se comenzaron a manifestar en su contra. En primera instancia, generaron una campaña misógina en redes, la cual incluyó ataques y calumnias. Posteriormente hackearon su cuenta de WhatsApp y, finalmente, uno de los personajes “de muy mala fama” en Oaxaca y cercano a Jara, Jorge Leoncio Arroyo, declaró que el estado no podría ser gobernado por una mujer.

En este sentido, Riva Palacio recordó una de las mayores amenazas contra Susana Harp, misma que pasó de lo virtual a la realidad. Todo aconteció el pasado 27 de noviembre, cuando la senadora visitó el municipio de Matías Romero, en al región del Istmo.

Una hora antes de comenzar su acto, varios vehículos comenzaron a anunciar que el evento se suspendió por “manifestaciones sociales”. El mensaje estuvo acompañado por la canción “La llorona”, interpretada por la morenista.

“Avisamos a la población de Matías Romero que se suspende el evento para platicar con la senadora Susana Harp por problemas de índole social y, posteriormente, se volverá a fijar la fecha, atentamente la ayudantía”, se escuchó aquella tarde.

Al mismo tiempo, cerca de la cabecera municipal, se escucharon ráfagas de disparos para generar un ambiente de terror. Aunado a esto, minutos antes de la hora programada para la reunión con Harp en el salón “La Ermita”, y ya con varios morenistas en el lugar, varias personas dispararon al lado de la puerta para aumentar el pánico.

Sin importar la intimidación, Susana Harp desarrolló el encuentro que fue saboteado casi al cierre, cuando hubo un apagón. A partir de ese momento, la preocupación por la vida de la legisladora creció, al grado que solicitó medidas cautelares, las cuales, aseguró Riva Palacio, no serán suficientes.

“Es evidente que la senadora representa un peligro para los intereses criminales (…) Las autoridades federales han encontrado resistencia y sabotajes de alcaldes y sindicatos a los que se les han detectado vínculos con el crimen organizado (…) De ese tamaño hay que calcular la amenaza que enfrenta la senadora Harp”, sentenció.

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