El silencio ha tomado la tribuna de Palacio Nacional este miércoles como señal de protesta por la violencia contra la prensa. Este miércoles, algunos de los periodistas asistentes a la conferencia del presidente López Obrador se han negado a hacer preguntas al mandatario para manifestarse por la ola de violencia que solo en este inicio de año ha dejado un saldo de cinco comunicadores muertos.

Por primera vez en más de 790 conferencias matutinas, el Ejecutivo se ha visto forzado a concluir antes de lo previsto su encuentro diario con los reporteros.

Antes de abandonar la palestra, López Obrador afirmo que en su Gobierno no existe persecución contra la prensa. “Siempre vamos a garantizar el derecho a disentir y no va a haber represión para nadie ni censura”, ha declarado antes de salir del recinto. Pese a las promesas del Ejecutivo, en este sexenio se han asesinado, al menos, a 30 comunicadores.

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La habitual conferencia de López Obrador transcurría este miércoles con parsimonia. En los primeros minutos de la mañana, la conferencia seguía un guion clásico desde el inicio de su mandato. Primero, la sección de Quién es quién en las mentiras, donde el Ejecutivo expone las supuestas “noticias falsas” contra su Gobierno. Después, un par de reporteros hicieron preguntas sobre temas variopintos y después, la intervención del Ejecutivo para arremeter contra ciertos periodistas que considera “conservadores” y enemigos de su proyecto. Sin embargo, tras más de una hora de alocución, el reportero Rodolfo Montes tomó el micrófono y declaró tajante: “Este día no le queremos formular preguntas”. El comunicador le externó al mandatario que en solidaridad con los periodistas asesinados se abstendrían de participar en la conferencia presidencial. “Nos queremos con vida”, declaró contundente el reportero y señaló que los funcionarios públicos son los principales perpetradores de los ataques contra los periodistas en México.

En respuesta, López Obrador afirmó que no existe censura ni persecución contra el gremio. “Estoy de acuerdo en que hay que manifestarse, es nuestra responsabilidad cuidar la vida de los periodistas y todos los mexicanos, lo único que debe de considerarse es que nosotros no mandamos a aniquilar a nadie. Todo nuestro apoyo y solidaridad, vamos a seguir protegiendo a los periodistas”, ha afirmado el presidente. Sin embargo, en esa misma respuesta volvió a insistir en que no se va a quedar callado contra los alegatos de la “mafia del poder” que busca desestabilizar a su Gobierno. Tras su salida del salón de Palacio Nacional, los periodistas guardaron un minuto de silencio en homenaje a sus compañeros asesinados.

El gesto del puñado de reporteros esta mañana hace eco de la manifestación que realizaron este martes los periodistas que cubren el Senado y la Cámara de Diputados. “Libertad de prensa”, “vivos nos queremos” y “justicia” fueron algunas de las consignas que lanzaron los reporteros de la fuente legislativa, quienes además guardaron un minuto de silencio y levantaron el puño para solidarizarse con los compañeros de la prensa que han sido agredidos durante este Gobierno.

A estas manifestaciones se ha sumado una carta abierta de la Asociación Mundial de Editores de Noticias (WAN-IFRA) y del Foro Mundial de Editores al presidente López Obrador. El organismo, que representan a 60 asociaciones nacionales de prensa, 18.000 publicaciones y 3.000 organizaciones de medios informativos en más de 120 países, le ha externado su “extrema inquietud” por los recientes asesinatos cometidos en contra de periodistas en México. “Cada asesinato impune contra un periodista es el primer paso hacia el próximo ataque. Igualmente, esta violencia conlleva a que periodistas y medios de comunicación recurran a la autocensura como único método de protección. Que un periodista deje de informar a sus comunidades y a la sociedad es profundamente nocivo para la democracia”, refiere el colectivo.

La prensa mexicana vive uno de los momentos más turbulentos. Solo en las primeras semanas de 2022 han sido ejecutados cinco periodistas, una de las cifras más altas de las que se tenga registro. Mientras la violencia campa a sus anchas en un país donde más del 90% de los delitos queda en la impunidad, el Ejecutivo persiste en sus ataques diarios desde Palacio Nacional contra el trabajo periodístico, donde proliferan calificativos como “conservadores” o “prensa mercenaria”.

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