La Arquidiócesis de México opinó que tras las elecciones del pasado 1 de julio, es momento de dejar atrás los dimes y diretes, y dar el siguiente paso a una reconciliación, mediante el diálogo, que permita caminar por los rumbos establecidos por una mayoría democrática.

“La vorágine electoral está llegando a un punto muerto en cuanto a competencia política, pero hoy, como mexicanos, necesitamos alcanzar la reconciliación en distintos niveles: con uno mismo, con los demás, con nuestro entorno y con Dios”, indicó.

En el editorial del periódico oficial Desde la Fe, titulado “Siguiente paso: La Reconciliación”, la arquidiócesis destacó la necesidad de reconciliarnos “con quienes lastimamos, y con quienes sentimos que nos lastimaron en esa dinámica de dimes y diretes”.

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Algunos quizá sienten una especie de “cruda electoral” por haber proferido expresiones hirientes contra otros de opiniones políticamente distintas, expresó.

En este sentido, opinó que el diálogo sigue siendo una cuestión fundamental, pues “si por discrepancias políticas zanjamos relaciones con quienes usualmente convivíamos, es un buen momento para reanudarlas mediante el reconocimiento de nuestros excesos”.

Lo anterior, “tratando al mismo tiempo de comprender que nuestros motivos también fueron los motivos de los otros para trabar alguna discusión que dejó malestares”, señaló.

Esto es, es necesario volver a las amistades, pero a la reconciliación con los demás debe suceder un entendimiento con el entorno, lo que significa una disposición plena para caminar por los rumbos establecidos por una mayoría democrática, remarcó.

En el editorial se deja claro que quienes votaron por la opción política favorecida no pueden pensar que los beneficios del nuevo gobierno deben ser exclusivos para ellos.

Quienes emitieron su voto por otra opción cometerían un error si alimentaran el deseo de que el país se cayera a pedazos para demostrar que tenían la razón al opinar distinto. ¡Todos somos un México!

Una de las acepciones de la palabra reconciliación es: “Bendecir un lugar sagrado, por haber sido violado”, concluyó el texto.

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