“Pelearé por la presidencia para derrotar a Donald Trump y reconstruir Estados Unidos”, afirmó el magnate y exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, anunciando así su postulación con los demócratas de cara a las elecciones presidenciales de 2020.

“Me presento a presidente para derrotar a Donald Trump y reconstruir América. No podemos permitirnos cuatro años más de las acciones imprudentes y poco éticas del mandatario.

Representa una amenaza existencial para nuestro país y nuestros valores. Si gana otro mandato, puede que nunca nos recuperemos de los daños”, afirmó.

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En caso de obtener la nominación, habría un duelo sin precedentes entre dos magnates de Nueva York con posiciones y estilos antipodales.

Trump, en tanto, ya acuñó para él uno de sus apodos ofensivos: “el pequeño Michael”, por su baja estatura.

El anuncio formal de la candidatura llega en víspera del comienzo de una semana de spot publicitarios biográficos de 34 millones de dólares que comenzarán a verse desde mañana en más de 20 estados norteamericanos, desde California hasta Maine.

Una cifra récord, superior a la que gastaron todos los demás candidatos (excepto el multimillonario Tom Stayer) en comerciales de televisión desde principios de año. La medida ha indignado a algunos candidatos, como el senador Bernie Sanders: “Me disgusta la idea de que Michael Bloomberg o cualquier otro multimillonario piense que puede sortear el proceso político y gastar decenas de miles de dólares para comprar nuestras elecciones”.

Pero el magnate de la información económico-financiera invertirá mucho más.

“Mike está listo para gastar todo aquello que sirva para vencer a Donald Trump”, explicó su asesor Howard Wolfson.

Alrededor de 100 millones dólares ya están listos para anuncios anti-Trump en estados que los demócratas podrían conquistar el próximo año.

El tres veces ex alcalde de Nueva York parece decidido a saltarse las primarias previstas para febrero en los primeros cuatro estados (Iowa, New Hampshire, Carolina del Sur y Nevada), donde su rating es bajo, y apostar al “Super Martes” del 3 de marzo, cuando irán a votar 15 Estados con alto número de delegados, como California.

Bloomberg había dado un paso atrás en marzo pasado, pero en las últimas semanas volvió a ventilar su descenso al campo por temor a que ninguno de los candidatos demócratas pudiera derrotar a Trump, creyendo que el centrista Joe Biden era débil y -como Barack Obama- demasiado a la izquierda de los otros dos favoritos, los senadores Elizabeth Warren y Bernie Sanders.

El millonario, uno de los hombres más ricos del mundo (posee cerca de 54 mil millones de dólares, la octava fortuna del planeta), no aceptará donaciones políticas en su campaña para la Casa Blanca, y, si es electo, renunciará a su salario, informó su entorno de campaña.

De este modo su inmensa fortuna podría potencialmente cambiar el rumbo de las cosas, en una interna muy abierta con 17 postulantes. El candidato presidencial demócrata será elegido en el verano boreal de 2020 y las elecciones nacionales están previstas para el 3 de noviembre de ese año.

“El jamás aceptó una contribución política en su vida. No va a empezar a hacerlo ahora”, afirmó en una entrevista Howard Wolfson, asesor en jefe del ahora candidato. Bloomberg en tanto propone una receta moderada que amenaza sobre todo a Biden, pero también al alcalde emergente Pete Buttigieg, quedando conservador sobre el frente económico y abrazando la línea progresiva sobre armas, clima y salud: con la posibilidad, en este último caso, de elegir entre seguro privado y público, a diferencia de lo que prevé el “Medicare for all” de Warren y Sanders. Desde su agencia Bloomberg tiene recursos financieros ilimitados y la experiencia de tres mandatos como alcalde de Nueva York, desde 2002 a 2013. En sus 77 años, con un camino político ondulante (demócrata, republicano, independiente, luego demócrata) pesan algunas bromas sexistas del pasado y las discriminaciones políticas de seguridad aplicadas como alcalde, por las cuales se disculpó en los últimos días.

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