En Estados Unidos, se realiza el segundo día del impeachment contra Donald Trump, luego de que el expresidente fuera acusado por una mayoría demócrata de promover la insurrección al Capitolio.

Los demócratas argumentaron el miércoles que Donald Trump plantó las semillas del mortal asalto al Capitolio estadounidense antes del 6 de enero con sus falsas acusaciones de que la elección fue robada, al tiempo que afirmaron que los legisladores tienen la obligación de hacer responsable al expresidente.

La Cámara de Representantes acusa al exmandatario republicano de incitar a una insurrección exhortando a miles de sus seguidores a marchar sobre el Capitolio el día en que el Congreso estaba reunido para certificar la victoria electoral del demócrata Joe Biden.

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Los nueve legisladores demócratas que actúan como fiscales y defienden el caso en el juicio político en un Senado estrechamente dividido dijeron el miércoles que la incitación comenzó mucho antes del 6 de enero.

Después de atizar a sus partidarios durante semanas afirmando que las elecciones fueron robadas, Trump «renunció a su rol de comandante en jefe y se convirtió en el incitador en jefe de una peligrosa insurrección» el 6 de enero, afirmó el legislador demócrata Jamie Raskin, que actúa como fiscal en el proceso.

“Trump se dio cuenta la pasada primavera (boreal) de que podía perder la elección de noviembre y empezó a plantar las semillas de la ira entre sus seguidores asegurando que solo podía perder si se la robaban”, dijo el congresista Joseph Neguse.

“Si vamos a proteger nuestra república y evitar que vuelva a pasar algo así, debe ser condenado”, agregó.

Con una cronología más completa de los hechos, Stacey Plaskett calificó de “escalofriante” la violencia que se vivió ese día, pues obligó a trabajadores a esconderse en oficinas y armar una barricada, como lo hizo un grupo de ellos que selló la habitación minutos antes de que la turba rompiera puertas en el mismo pasillo.

Y al recordar las declaraciones de algunos de los alborotadores de que iban tras el vicepresidente Mike Pence y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, es un reflejo más de que Trump puso un blanco en sus espaldas con señalamientos directos en su contra.

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