El diputado local Francisco Martínez Martínez, que pidió darle de planazos con los machetes a las mujeres, ahora se dijo espantado y molesto por la realización de la corrida de toros y la xiqueñada donde hubo menores presentes.
Contrario a su dicho, ahora considera que la violencia es un antivalor que daña la integridad de la infancia y la infancia es la etapa del aprendizaje del sentido moral donde la educación juega un papel primordial e insustituible.
“La violencia del mundo moderno, tal como el niño puede descubrirla, le es presentada como algo censurable pero, a pesar de todo, explicable. Pero la violencia del espectáculo de tauromaquia es otra, y se presenta con una caracterización bien definida: el niño descubre que el sufrimiento de uno es la condición necesaria para el goce de los demás; ve también como actos de crueldad son rituales y constituyen el espectáculo, a expensas de un animal que evidentemente es torturado”, agregó.
Según el legislador, lo ocurrido el domineto en Xico, donde a pesar de lo que estipula la ley en cuanto a prohibición de maltrato animal, empresarios se empeñaron en realizar un evento de acuerdo a los intereses económicos de los organizadores en complacencia con las autoridades que no solo se prestaron como cada año de comparsa, sino que sesionaron en cabildo para amañar la ley y cambiar la palabra xiqueñada por capea burlándose no solo de las disposiciones legales ahora plasmadas, sino de la voluntad del pueblo veracruzano representada en el Congreso del Estado.
“La muerte de un toro ayer en presencia de menores de edad es violencia, u na violencia similar a la que también exponen los medios de comunicación mediante películas e imágenes a los infantes, sin embargo, a diferencia de lo que están viendo estos niños en la televisión o videojuegos es inferior a la que presencian en las corridas de toros, ya que en el caso de corridas de toros la escena contemplada es de violencia real y no de ficción, produciendo entonces una habituación a la violencia”, refirió.
