Ayer domingo, la resaca de las elecciones generales en España ha venido acompañada de un intercambio epistolar entre los dos candidatos que tienen opciones de ser investidos presidente del Gobierno. Ambas cartas se han hecho públicas justo cuando se cumplía una semana de la celebración de los comicios.

El intercambio fue iniciado por el líder del conservador Partido Popular (PP), fuerza que sacó los mejores resultados el pasado 23 de julio, con algo más de 8 millones de votos traducidos en 137 escaños, Alberto Núñez Feijóo.

En la misiva se dirigía al presidente del Gobierno en funciones, el socialista Pedro Sánchez, tuteándole, para instarle a mantener una reunión de urgencia esta misma semana con la intención de que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se abstenga en la investidura y deje gobernar a la lista más votada en los comicios.

Feijóo se presenta “como ganador de las elecciones generales” y le reitera su propuesta de reunirse “con el propósito de establecer un diálogo responsable, en beneficio de la estabilidad política e institucional de España”, a pesar de las “marcadas diferencias” que los separa.

El líder popular insiste en la carta en una idea que ha venido esgrimiendo en las últimas semanas, la de que gobierne el partido que ha obtenido más votos. Así, sostiene que “un factor continuo de gobernabilidad y normalidad en nuestro país a lo largo de toda su trayectoria democrática lo ha constituido el reconocimiento de que la fuerza política ganadora en elecciones generales es la que debe gobernar”.

Además, aprovecha para criticar a las formaciones minoritarias que están dispuestas a apoyar a Sánchez, advirtiendo contra alternativas de gobierno que sean “eventuales combinaciones negativas que polaricen a la sociedad, dañen gravemente la cohesión territorial y lleven al límite a nuestro sistema constitucional”.

“Como candidato con mayor respaldo ciudadano, con voluntad de dar continuidad a los precedentes de alternancia política, te expreso mi deseo de mantener una reunión a lo largo de esta semana”, concluye su escrito Feijóo.

La misiva ha sido ampliamente criticada desde ámbitos progresistas por dirigirse a Sánchez con una carta que comienza con un comentado “estimado Pedro” y solicitar la abstención socialista en la investidura, después de una campaña llena de descalificaciones tanto al candidato socialista como a la fuerza que representa.

Carta de Sánchez: rechaza la reunión y la abstención

La carta de Feijóo encontró respuesta el mismo domingo con un despacho en el que Sánchez, tratándole de usted, rechazaba la reunión propuesta para esta semana y le emplazaba a mantener ese encuentro después del día 17 de agosto, tras la constitución formal del Congreso de los Diputados “y una vez designado el candidato propuesto por el Jefe del Estado”.

Además, Sánchez optó por recordar a su adversario político los “principios de la democracia parlamentaria” y le agradeció “la oportunidad para retomar la comunicación” entre ambas formaciones, “interrumpida de manera abrupta y unilateral con la ruptura del preacuerdo para la renovación del Consejo General del Poder Judicial”.

Sánchez aprovecha asimismo para lanzar un dardo a Feijóo, recordándole que hoy se dispone “de medios más ágiles para la interlocución que el diálogo epistolar”. Además, sostiene que “es una evidencia que la propuesta derogatoria no ha obtenido el respaldo que reclamaba para llevar a cabo su propósito”, en referencia al eslogan de ‘derogar el sanchismo’ esgrimido durante la campaña por los populares.

Sin embargo, la parte más contundente ha sido en la que Sánchez ha recordado que el sistema democrático español “cuenta con reglas claras para la configuración del Gobierno”, ajustadas a “los principios de la democracia parlamentaria”, y que es el Congreso de los Diputados el ámbito donde “deberán articularse las mayorías que permitan la investidura del candidato que recabe los apoyos necesarios”.

En este sentido, el presidente en funciones refiere que ese “principio básico de la democracia” ha venido “siendo aplicado históricamente por su partido [el Partido Popular] de modo sistemático en todas las latitudes de España, cada vez que le ha permitido alcanzar la Presidencia de gobiernos autonómicos y Alcaldías pese a no ser la fuerza más votada”.

El voto exterior complica la investidura de Sánchez

Tras concluir el recuento del voto de los españoles residentes en el exterior, conocido como voto CERA, que se inició el pasado viernes, la aritmética parlamentaria ha cambiado, complicando las aspiraciones de Sánchez de revalidar su cargo.

A pesar de que en el conjunto del país el voto exterior ha ido mayoritariamente a las fuerzas progresistas, el único movimiento de escaños ha favorecido al Partido Popular, que ha logrado un escaño más en la Comunidad de Madrid, arrebatándoselo a los socialistas.

Así, el PP alcanza los 137 diputados, frente a los 121 de los socialistas. Un cambio que deja al bloque de las derechas, compuesto por PP, el ultraderechista Vox y Unión del Pueblo Navarro (UPN), con 171 escaños; misma cifra que alcanza el bloque progresista, que aglutinaría a PSOE, Sumar, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), EH Bildu, Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Bloque Nacionalista Galego (BNG).

Para lograr la investidura de un candidato se necesita mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados (al menos 176 escaños) en primera votación, o más síes que noes en segunda, algo que Sánchez pretendía lograr con la abstención de Junts per Catalunya (JuntsxCat), la formación del expresidente catalán Carles Puigdemont, que cuenta con 7 asientos en el hemiciclo.

Sin embargo, ahora el nuevo escenario hace que la abstención de JuntsxCat ya no sea suficiente y se necesite del voto positivo de sus 7 diputados.

Todavía quedaría una última opción y es el voto del único parlamentario de Coalición Canarias (CC), que si se decanta por los socialistas haría que se volviera a la situación anterior, donde la abstención de Junts sería suficiente. Pero CC ya ha anunciado que no apoyará ninguna propuesta que cuente con la presencia de Vox o de Sumar.

Si ninguno de los dos bloques logra finalmente los apoyos necesarios, el país se vería abocado a una repetición electoral, que llegaría a finales de año.

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