Hillary Clinton pagó a una empresa para “infiltrarse” en los servidores de la Trump Tower y de la Casa Blanca para crear un vínculo entre Donald Trump y Rusia.

Esta es la acusación hecha contra la exsecretaria de Estado por John Durham, el fiscal encargado de la contrainvestigación sobre los orígenes del Rusiagate nombrado por el expresidente estadounidense.

El magnate se regocija con las impactantes acusaciones contra la ex adversaria que son una “venganza” para él porque muestran cómo su campaña electoral y su presidencia fueron “espiadas por gente pagada por el personal de Hillary Clinton en un intento por fabricar un vínculo completamente falso con Moscú”.

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Este escándalo -acusó Trump- es “más grande que el Watergate” y los implicados en él deberían ser “sometidos a una investigación penal”.

Para Trump podría tratarse de un paso fundamental en la clave para volver a nominarse para 2024 porque el Rusiagate condicionó toda su presidencia y ahora, a su juicio, está completamente “exonerado” de ella. Incluso si la tesis fue sancionada por un fiscal que él mismo designó y considerado por los más sesgados.

La hipótesis de una nueva carrera del magnate a la Casa Blanca sigue, sin embargo, congelada de momento a la espera de las elecciones de mitad de mandato, para las que ya comenzaron las grandes maniobras de los republicanos.

Si Trump demostró en repetidas ocasiones que no quiere soltar a su partido, detrás de los bastidores Mitch McConnell, el líder de los conservadores en el Senado y uno de los republicanos más escuchados, empezó a tejer su telaraña para marginar al expresidente.

A pesar de impulsar por años la agenda política de Trump, McConnell recientemente tomó claramente distancia.

“Su tiempo en el partido terminó”, dijo a algunos candidatos republicanos, explicando que Trump está perdiendo atractivo y debe ser considerado una amenaza sobre el resultado de la votación de noviembre, en la que los republicanos sacan una fuerte ventaja sobre los demócratas.

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Mientras las maniobras políticas están en marcha, el magnate disfruta de su rica pospresidencia.

Entre supuestos eventos benéficos cuyas ganancias van directamente a los bolsillos del expresidente, un libro ilustrado brillante por el que recibió un gran anticipo y su negocio en línea para la venta de objetos MAGA, Trump se lanzó en el último año en una serie de iniciativas altamente rentables aprovechando su reputación política y su base de votantes.

Iniciativas para enriquecer aún más su patrimonio que están teniendo éxito, como lo demuestran los pedidos récord de su libro ilustrado “Our Journey Together” (“Nuestro viaje juntos”), que se vendió a 75 dólares, pero puede llegar hasta los 230 cuando es autografiado.

En menos de dos meses desde su salida, ya recaudó 20 millones de dólares. 

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