El Presidente Andrés Manuel López Obrador enfrenta la posibilidad de que su partido reduzca su representación en la Cámara de Diputados a la mitad de su sexenio, como les ocurrió en su momento a Vicente Fox y a Felipe Calderón.

Algunas previsiones indican que Morena y sus partidos aliados podrían perder la mayoría calificada, mientras el bloque opositor aumentaría su número de curules.

Sin embargo, Morena también podría mantener la mayoría absoluta, la mitad más uno, que le permitió tener el control de la Cámara de Diputados por tres años, como en la gestión de Carlos Salinas o la primera mitad del Gobierno de Ernesto Zedillo.

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En los comicios de hoy están en vilo las posiciones que alcanzó Morena en 2018, cuando junto con el PT y el desaparecido Encuentro Social aseguró 307 de las 500 diputaciones de las 500 curules de la 64 Legislatura.

Triunfaron en 219 de los 300 distritos y obtuvieron 88 diputaciones plurinominales.

Actualmente, tras acuerdos con el PVEM y adhesiones de legisladores del PAN y PRD, Morena tiene 253 diputados.

La última vez que un partido tuvo una representación parecida fue en el primer trienio de Ernesto Zedillo.

En 1994, el PRI obtuvo 300 diputados, aunque no tuvo las dos terceras partes para poder aprobar reformas constitucionales.

En tanto, el PAN sumó 119 curules, el naciente PRD, 71, y el PT, 10, por lo que el priismo negoció, sobre todo con los panistas, para sacar adelante sus propuestas.

Pero en 1997, el partido en el Gobierno perdió la mayoría. La oposición creó el G-4,  integrado por las bancadas de PAN, PRD, PVEM y PT, que sumaron 261 legisladores, mientras que el PRI quedó como primera minoría, con 239.

En el 2000, Vicente Fox tampoco contó con mayoría panista. En las dos legislaturas de dicha gestión, el PRI se mantuvo como primera minoría, por lo el blanquiazul tuvo que negociar.

Y en la elección intermedia de 2003, el PAN cayó en las preferencias electorales: de 206 diputados que obtuvo en 2000, bajó a 152 en 2003.

Sin embargo, en 2006 el panismo se repuso y aseguró 206 curules, mientras que el PRD creció hasta con 126 diputados.

El PRI se quedó en 104 legisladores. Debido al conflicto postelectoral de 2006, cuando López Obrador acusó fraude, los priistas negociaron con el PAN su agenda legislativa.

El sexenio de Enrique Peña Nieto gozó de una cómoda representación en San Lázaro, con 213 diputados.

Aun cuando no logró mayoría simple por sí solo, en alianza con el PVEM y el Panal, el  tricolor alcanzó la mitad más: 251 de los 500 integrantes.

En 2015, el PRI perdió 10 curules y se quedó en 203, mantuvo la mayoría y negoció con las otras fuerzas políticas. Con el PVEM y Panal, conservó una mayoría de 261 diputados.

De acuerdo con tendencias de encuestas, Morena tiene ahora una preferencia electoral de 43 por ciento, y con sus aliados, PVEM y PT, sumaría hasta 48 por ciento.

Es posible que el partido del Gobierno y sus aliados mantengan mayoría.

Sin embargo, Morena difícilmente podrá obtener por sí solo los 251 espacios necesarios para amarrar mayoría absoluta.

Candado contra mayorías infladas

En un intento por evitar que un partido político tenga más del 8 por ciento de sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados, el INE incorporó la llamada “afiliación efectiva” para garantizar que los triunfos se asignen al partido en el que militan o se registraron.

En el 2018, Morena y sus aliados obtuvieron una votación válida de 45.9 por ciento, que significaban 269 curules, pero terminaron con 308 legisladores, es decir, el 61.6 por ciento, rebasando así el 8 por ciento de sobrerrepresentación que establece la ley.

Al partido del Presidente Andrés Manuel López Obrador se le atribuyeron sólo 106 diputaciones de mayoría ganados, cuando en realidad los candidatos morenistas que obtuvieron el triunfo fueron 220, pero 114 participaron con las siglas de otro partido de la coalición.

Así, al tener “menos distritos ganados”, se le dieron 85 diputados plurinominales, es decir, más de los que le correspondían en términos reales.

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