Entre los países que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, México ocupa el primer lugar en embarazos entre adolescentes. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la tasa de fecundidad es de 77 nacimientos por cada 1,000 adolescentes de 15 a 19 años.

En el marco del webinar “El impacto de los embarazos no planeados en el desarrollo social y económico de México” organizado por El Economista especialistas opinan sobre la urgencia de implementar políticas públicas acordes a la nueva realidad que permitan contribuir con la prevención.

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Estudio Milena

María Gabriela Rivera Reyes, oficial nacional de salud sexual reproductiva, adolescentes y grupos vulnerables del UNFPA, presentó el estudio “Milena efectos socioeconómicos del embarazo adolescente” en donde se muestra que la maternidad temprana representa un problema social y económico importante para México donde se Involucran costos de oportunidad para el desarrollo social y el crecimiento económico del país.

Señaló que quienes experimentan un embarazo adolescente por lo general interrumpen su educación y difícilmente la retoman y ello obstaculiza su inserción en el mercado laboral para conseguir un trabajo estable y bien pagado. A ello se suman los efectos en la salud de estas mujeres vinculados con complicaciones durante el embarazo y el parto pues se duplica el riesgo de muerte materna en menores de 19 años y lo cuadruplica en menores de 15 años.

“De las mujeres que fueron madres en la adolescencia, solo el 7% pudieron tener estudios de posgrado en comparación con las mujeres que fueron madres en edades adultas (22.18%). También las mujeres que fueron mamás en la adolescencia reciben menos del 20% en salario que las mujeres que fueron madres en edades adultas”, explica.

De esta manera indicó que la perdida anual de ingresos por desempleo o costo de oportunidad del empleo debido al embarazo adolescente o maternidad temprana equivale a más de 3,000 millones de pesos, de tal manera que si se invirtiera en prevenirlos dicha cantidad se podría utilizar en otros proyectos.

“¿Qué se podría hacer con esos recursos? Muchos proyectos, como construir y equipar 21 hospitales generales, construir casi 9,600 escuelas, pagar el presupuesto anual de instituciones públicas de educación superior, pagar casi la totalidad de un aeropuerto internacional”.

Asimismo, agregó que el abandono o rezago educativo vinculados al embarazo adolescente y maternidad temprana representa para el país un costo o pérdida anual estimada en 31,000 millones de pesos. Este valor resulta de considerar los ingresos laborales que percibirían las madres prematuras si hubieran sido madres en edad adulta.

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