El Ministerio de Exteriores de Irán convocó este domingo al embajador británico en Teherán, Robert Macaire, por su asistencia a una protesta ‘ilegal‘, en la que fue brevemente detenido, al tiempo que frente a la Embajada hubo una manifestación contra el Reino Unido.

Según un comunicado, Exteriores recordó a Macaire que la presencia de embajadores extranjeros en reuniones ilegales no está relacionada con sus responsabilidades y es contraria a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.

El viceministro de Exteriores iraní, Abas Araqchí, dijo en Twitter que el embajador británico fue “arrestado como un extranjero desconocido en una reunión ilegal”.

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“Cuando la policía me informó de que arrestaron a un hombre que afirmaba ser el embajador del Reino Unido dije ¡IMPOSIBLE! Solo después de mi conversación telefónica con él lo identifiqué y 15 minutos después estaba libre”, agregó.

Macaire fue brevemente detenido poco después de asistir a una vigilia en honor a las 176 víctimas mortales, entre ellos tres británicos, del derribo por error de un avión ucraniano en Teherán, que derivó en una protesta antigubernamental.

“Puedo confirmar que no participé en ninguna manifestación. Fui a un evento anunciado como una vigilia por las víctimas de la tragedia #PS752 (…) Me fui después de 5 minutos, cuando algunos comenzaron a corear (lemas)”, precisó en Twitter el embajador británico.

Desde Londres, el secretario de Estado de Seguridad del Reino Unido, Brandon Lewis, afirmó este domingo que la prioridad ahora del Gobierno británico respecto a Irán es tratar de ‘desescalar’ las tensiones.

En este ambiente de tensión, varios diputados iraníes plantearon en una sesión del Parlamento expulsar al embajador británico.

Esta misma demanda, así como el cierre de la embajada del Reino Unido en Teherán, fue también el principal lema de los manifestantes frente a la delegación diplomática.

Unas 200 personas gritaron “Muerte al Reino Unido” y eslóganes similares contra Estados Unidos y prendieron fuego a la bandera británica, rodeados de un amplio despliegue policial, según pudo constatar Efe.

También hay un gran despliegue de antidisturbios en otras zonas del centro de Teherán como la plaza Azadi y varias universidades para evitar eventuales concentraciones como las del sábado de críticas a las autoridades por el derribo del avión.

La rabia popular en Irán estalló al reconocer las Fuerzas Armadas que derribaron el avión de Ukraine International Airlines (UIA) al confundirlo con un misil de crucero al estar en alerta ante un posible ataque de Estados Unidos.

El aparato se estrelló al sur de Teherán poco después de despegar del aeropuerto internacional Imán Jomeiní con destino a Kiev con 167 pasajeros, entre ellos 82 iraníes y 63 canadienses, aunque estos últimos en su mayoría con doble nacionalidad, y nueve tripulantes ucranianos.

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