La expresidenta chilena Michelle Bachelet reivindicó ayer jueves que, “en un país democrático” como Chile, “nadie puede justificar vulneraciones de derechos humanos ni un golpe de Estado” de cara a la conmemoración del 50 aniversario del golpe militar de 1973.
“La democracia no es perfecta, pero al menos nos permite encontrar vías para resolver nuestros conflictos”, expresó Bachelet a la salida de la segunda comparecencia ante el Parlamento del actual presidente, Gabriel Boric.
La valoración de la expresidenta llega días después de que el consejero constitucional más votado en las elecciones del pasado 7 de mayo, el ultraderechista Luis Silva, calificó al dictador Augusto Pinochet (1973-1990) de “estadista”.
“Es importante que seamos capaces, sin negacionismo del pasado, de hacernos cargo de nuestra historia, con sus cosas buenas y con las malas”, añadió Bachelet, que gobernó Chile en los mandatos 2006-2010 y 2014-2018 y fue alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
El próximo 11 de septiembre se cumplirán 50 años del golpe de Estado que derrocó el Gobierno del socialista Salvador Allende e instauró una feroz dictadura militar que arremetió contra la oposición democrática, cometiendo cientos de asesinatos y desapariciones.
Miles de chilenos se exiliaron en el extranjero, entre ellas la misma Bachelet, que fue torturada junto a su madre y huyó a Alemania, y cuyo padre falleció en prisión.
A FAVOR DE UNA REFORMA TRIBUTARIA
La exmandataria, siguiendo las peticiones de Boric este jueves de aumentar los ingresos del Estado para enfrentar retos del país, pidió “unidad” entre los partidos del oficialismo y de la oposición para un nuevo pacto fiscal.
“Hay que sacar una reforma tributaria que permita aumentar pensiones, disminuir las listas de espera, resolver el problema de la criminalidad, tener más recursos para policías. (…) Dejemos de pensar en la política pequeña, pensemos en las necesidades de la gente”, añadió Bachelet.
El Congreso de los Diputados, de mayoría opositora, rechazó en marzo la propuesta de reforma tributaria del Gobierno, con el que se buscaba se buscaba recaudar un 3,6 % del producto interno bruto (PIB) en 4 años, con reducciones de exenciones y medidas contra la evasión y elusión.
Boric anunció este jueves que su Ejecutivo “insistirá en el Senado” a finales de julio con la discusión parlamentaria, y ligó a un nuevo pacto algunas de sus promesas de mandato, como el incremento de las patrullas policiales o la reducción de las listas de espera en el sistema público de salud.