El historiador alemán Sonke Neitzel advierte, en una entrevista que publica este sábado la revista “Der Spiegel”, que no se puede descartar que la OTAN se vea forzada a defender su territorio ante ataques rusos y que soldados alemanes tengan que participar en acciones de combate.

Neitzel, experto en historia militar, sostiene que la situación actualmente es mucho más crítica y peligrosa que en tiempos de la guerra fría cuando el enemigo potencial de la OTAN, la Unión Soviética, era una potencia a la que lo que le interesaba era mantener el status quo.

“La guerra era un peligro abstracto. Aunque en el colegio, tras el estacionamiento de misiles de alcance medio en Europa Occidental, discutíamos mucho sobre al rearme atómico era claro que si estallaba una guerra ésta desembocaría en una guerra nuclear global y no pensaba que los soviéticos fueran a correr ese riesgo”, dijo.

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Ahora, en cambio, a diferencia de lo que ocurriría con la Unión Soviética, la Rusia de Putin no tiene entre sus prioridades mantener el status quo.

“Lo que busca el presidente Vladimir Putin no es mantener el status quo. Eso lo muestra la guerra de Ucrania. El quiere revertir la expansión de la OTAN hacia el este y reconstruir un imperio”, aseguró.

A eso se agregan las tendencias revisionistas en China e Irán que, sumadas a la postura del Kremlin, hacen que “la situación sea más crítica que en tiempos de la guerra fría”.

“En la guerra fría la guerra era, desde la perspectiva alemana, una amenaza teórica. Eso ya no es asi. No podemos descartar que en pocos años soldados alemanes tengan que luchar para defender la OTAN”, advirtió.

Por otra parte, Neitzel alude en la entrevista a las dificultades que tienen los alemanes para hablar de la posibilidad de una guerra e incluso para utilizar la palabra guerra que tiende a reemplazarse con eufemismos incluso en situaciones como la guerra de Afganistán.

Según Neitzel eso tiene su origen en las dos guerras mundiales. “La doctrina alemana dice: nunca más. Nunca más ser agresor. Eso tiene raíces tan profundas que ya hablar de una guerra les resulta a muchos sospechosos”, dice.

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