Las dirigencias del PAN y el PRD consideraron que la decisión del Gobierno de la Ciudad de México para crear cinturones de paz con burócratas para contrarrestar actos vandálicos en la marcha del 2 de octubre “fue una decisión irresponsable” y una estrategia fallida.

Ángel Ávila, integrante de la dirección extraordinaria del PRD, afirmó que se expuso la integridad de los funcionarios públicos “porque no están capacitados para estos actos y fueron obligados a asistir so pena de perder su empleo”.

Mientras que el líder panista en la capital, Andrés Atayde, aseguró que “no es verdad que el operativo resultó ser un éxito como aseguran las autoridades” porque hubo lesionados y destrozos, y por momentos la violencia se salió de control.

Ambos coincidieron que el gobierno capitalino confunde su obligación de garantizar la seguridad con represión, y expone a los funcionarios “al usarlos como escudos humanos”. El PAN y el PRD pidieron que el gobierno local informe a cuánto ascienden los destrozos por vandalismo e informe porque se pagó casi un millón de pesos por las playeras que los funcionarios portaban, porque se adquirieron a sobre costo.

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