Rusia muestra un “enfoque fundamentalmente diferente” que da esperanza para la apertura de un diálogo, algo que nunca había sucedido “en los últimos dos años”, deslizó hoy el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky.
Solo 24 horas después de hablar de “cero avances” en las conversaciones con Moscú, desmintiendo las declaraciones de Vladimir Putin, el líder del país invadido, abre una ventana a una posible salida negociada del conflicto.
Los trágicos acontecimientos de las últimas semanas, sin embargo, desaconsejan cualquier ilusión, como se apresura a aclarar el ministro de Asuntos Exteriores de Kiev, Dmytro Kuleba. “Hay poco espacio para la diplomacia en la cabeza de Vladimir Putin”, dijo en un foro online organizado en Washington.
Pero otra señal llega desde Moscú, con el anuncio de que las conversaciones entre ambas partes continúan por videoconferencia, tras los tres encuentros presenciales mantenidos en Bielorrusia.
En otro día de señales contradictorias, una nota del Elíseo apaga el entusiasmo, luego de una nueva conversación telefónica a tres bandas entre el presidente francés Emmanuel Macron, el canciller alemán Olaf Scholz y el jefe del Kremlin.
Putin “no ha dado ninguna señal de su voluntad de suspender la guerra”, observaron fuentes de la presidencia francesa, reconociendo únicamente que ha bajado algo de tono, por ejemplo, renunciando a hablar de la necesidad de ‘desnazificar’ a Ucrania.
Desde Berlín, el portavoz de Scholz afirma que él y Macron han pedido el fin del conflicto y añade que “se ha acordado silencio sobre otros contenidos de la entrevista”. Un poco para hablar de un punto de inflexión. Pero precisamente esta reserva, ante la absoluta falta de otras pistas, podría verse como un tímido signo de esperanza.
Incluso el jefe de la cancillería italiana, Luigi Di Maio, observa que “hay pequeños” signos positivos que nos empujan “a buscar una solución diplomática que nos pueda llevar a la paz”.
Zelensky dijo que esperaba la “influencia positiva” que Israel podría tener sobre Rusia, a partir de las excelentes relaciones con Moscú. El presidente ucraniano apuntaría a que las negociaciones se lleven a cabo en Jerusalén.
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Previamente, sin embargo, el JerusalenPost había hablado de una supuesta invitación del primer ministro Naftali Bennett a Zelensky para que se rindiera, circunstancia negada tanto por Israel como por Ucrania.
Es imposible decir en qué elementos concretos se basa Zelensky cuando habla de una actitud más dispuesta de Putin.
Especialmente cuando el ministro de Relaciones Exteriores Kuleba dice que el enemigo continúa haciendo demandas “inaceptables” para Kiev.
“Nosotros, agregó el jefe de la diplomacia, no transigiremos en ninguno de los problemas existenciales relacionados con Ucrania”. Lo que subrayó el presidente ucraniano en un encuentro con periodistas extranjeros en Kiev es por ahora el cambio de tono de Putin. “Al principio eran solo un ultimátum que venían de Moscú, ahora empezaron a hablar de algo”, subrayó Zelensky, quien dijo estar “contento con estas señales”.
En las conversaciones mantenidas hasta ahora entre las delegaciones rusa y ucraniana se ha hablado sobre todo de treguas locales para garantizar los corredores humanitarios para la evacuación de civiles. Al anunciar la continuación de los contactos por videoconferencia, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que por el momento prefiere “evitar cualquier comentario” sobre los detalles.
Pero según Zelensky, el camino para “iniciar el fin de la guerra” debería pasar por un alto el fuego que permitiera aliviar a los civiles.
Mientras tanto, también llega una dura advertencia desde Rusia sobre la posible adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN.
“Es obvio que su adhesión a la Alianza, que es ante todo una organización militar, tendría consecuencias políticas y militares que exigirían la necesidad de revisar las relaciones con estos países y tomar medidas de represalia”, dijo un funcionario del ministerio de Relaciones Exteriores de Moscú, Sergei Beliáyev.