En vísperas de su viaje de tres días a Cuba, que concluyó el pasado fin de semana, políticos occidentales y organizaciones de derechos humanos le habían pedido al jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, que adoptara una postura clara sobre la cuestión de los derechos humanos.

Un grupo de oenegés, incluyendo a Amnistía Internacional y Human Rights Watch, había publicado una carta abierta a Borrell, en la que se le pidió que la cuestión de los derechos humanos permanezca “en el centro mismo de las relaciones de la UE con Cuba”.

Pero, en su visita a Cuba en el marco del tercer Consejo Conjunto UE-Cuba, Borrell se limitó a hablar con representantes del régimen sobre cooperación económica y dejó el tema espinoso de los derechos humanos en manos del representante especial del bloque para ese asunto, el irlandés Eamon Gilmore, quien visitará Cuba en noviembre.

Decepción, a pesar de valorar el dialogo

Defensores cubanos de derechos humanos se muestran decepcionados en conversación con DW. “Los pronunciamientos con relación a los derechos humanos en la visita de Borrell sí se hicieron, se hicieron única y exclusivamente en espacios privados que no tuvieron repercusión”, dice Eloy Viera Cañive, abogado y coordinador de la publicación El Toque Jurídico, en entrevista con DW.

“Él estaba sentado en el Gobierno y hubo esposas y madres de presos políticos cubanos a los que la Seguridad del Estado les impidió salir de sus casas, entre otras cosas, para que no se manifestaran y no llamaran la atención. Hubo cerca de 15 presos políticos que durante la visita de Borrell estaban en huelga de hambre y Borrell no tuvo ni tan siquiera un pronunciamiento público sobre esa gente”, critica.

Insisto siempre en la idea de un pronunciamiento público, porque a mí me parece sobre todo una genuflexión importante el hecho de que Borrell haya preferido mantener este tipo de comentarios en la privacidad, para no molestar al Gobierno cubano”, añade el activista exiliado.

Laritza Diversent, también abogada y directora del Centro de Información Legal Cubalex, mostró igualmente, en conversación con DW, su inquietud: “No creo que la agenda del señor Borrell estuviera a tono con la situación en la que se encuentra actualmente el país, especialmente en lo que respecta a los presos políticos, a la cantidad de personas sancionadas y que en este año todavía continúan sancionando por manifestarse.”

A la directora de Cubalex, la visita de Borrell le pareció “bastante infructuosa”. Ambos entrevistados, sin embargo, coinciden en que este tipo de encuentros y ciclos de diálogos son, en principio, positivos.

UE y Cuba: un enfoque diferente

En 2016, la UE y Cuba firmaron un acuerdo de diálogo político y cooperación, que estableció un marco para el fortalecimiento de los lazos bilaterales en áreas como el comercio, la inversión, la cultura y el desarrollo sostenible. Este acuerdo fue considerado un hito en las relaciones entre la UE y Cuba. Entre los expertos, predomina la opinión de que la política de sanciones y aislamiento de Estados Unidos con Cuba ha fracasado. Pero, ¿significa esto que la estrategia de la UE conduce automáticamente a mejores resultados?

La UE es el primer socio comercial de Cuba, con el 32 por ciento de su comercio exterior, así como el primer inversor en la isla. Sin embargo, para Laritza Diversent, la UE no aprovecha esta palanca que tiene en sus manos.

“La relación entre la Unión Europea y el Gobierno cubano no me parece que esté equilibrada en ningún punto, teniendo en cuenta la necesidad que tiene el Estado cubano de recibir el dinero proveniente de ese acuerdo económico y que no se exija el respeto a los derechos humanos. No creo que ese acuerdo sea ventajoso para el pueblo cubano en especial”, opina.

Diversent critica que el acuerdo que firmó la UE con el Estado cubano no tiene, según ella, un mecanismo de supervisión: “No cuenta, por ejemplo, con que las organizaciones de la sociedad civil puedan informar a la Unión Europea sobre el impacto de ese acuerdo en la vida de la población y el uso de esos fondos”.

La tortura como práctica común

Lo peor de todo, según Diversent, es el aumento del número de presos políticos tras las protestas de julio de 2021. “La tortura es práctica común en Cuba”, afirma. “Por ejemplo, los interrogatorios de más de cuatro horas, a veces utilizando técnicas como la exposición a altas y bajas temperaturas. Golpizas tampoco faltan. Pero las peores técnicas de tortura se están utilizando dentro de la prisión, donde incluso se está utilizando la alimentación y la salud, y la falta o la negación de atención médica como forma de castigo”, asegura.

Y esas técnicas se incrementarían cada día, según la abogada, también exiliada tras sufrir la represión de las autoridades por su activismo político en la isla.

Las esperanzas de que la visita del representante especial de la UE para los Derechos Humanos, Eamon Gilmore, anunciada para noviembre, pueda aportar a mejorar la situación de los presos políticos en Cuba son mínimas. “Yo no espero nada”, afirma Eloy Viera Cañive: “Eamon Gilmore ha estado en Cuba en otras oportunidades. Ha codirigido al menos dos o tres de los ciclos de debate que se han producido en el marco del acuerdo de diálogo político y no sucedió absolutamente nada”.

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