El sector turístico de México se ha convertido en otra víctima de las medidas restrictivas de Occidente contra Moscú, impuestas por el conflicto en Ucrania.
El flujo de visitantes rusos a la nación latinoamericana ha disminuido ante las sanciones y las restricciones del uso del espacio aéreo de la Unión Europea (UE), EE.UU. y Canadá que se impusieron a Rusia en febrero pasado.
El Gobierno mexicano no impuso sanciones en contra de Rusia, como establecieron otros países. Sin embargo, las autoridades esperan efectos económicos negativos derivados de esas medidas externas. Actualmente están en riesgo más de 78.000 asientos provenientes de Rusia, que estaban programados para este año y que representarían ingresos superiores a los 88 millones de dólares.
Esto se debe a que las medidas obligaron a los operadores turísticos a suspender la venta de viajes. Por ejemplo, la aerolínea Aeroflot, que había inaugurado un vuelo directo de Moscú a Cancún apenas en noviembre pasado, lo suspendió; al igual que las operaciones de las aerolíneas Azur Air y Nordwind Airlines.
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Además de las restricciones del uso del espacio aéreo, una veintena de líneas aéreas rusas ha enfrentado un veto en la UE, por presuntamente incumplir las normas de seguridad.
Un buen inicio de año
Esta situación contrasta con las cifras de principios de 2022.
Durante los dos primeros meses de este año y hasta antes del conflicto llegaron a México más de 29,000 turistas rusos, cuyos destinos favoritos fueron Cancún, Ciudad de México y Puerto Vallarta.
Jorge Hernández Delgado, presidente de la Federación Mexicana de Asociaciones Turísticas, dice que México “es un destino que es muy apreciado, que es muy buscado por la comunidad rusa”.