Los niños son casi la mitad de los tres millones de ucranianos que huyeron por la guerra, y cada segundo un pequeño se convierte en refugiado, alertó Unicef.
En ese contexto, trascendió un emotivo video de un padre para sus hijos desde el frente .
Se trata de toda una generación: tienen mochilas de colores como las de los niños a la entrada de los colegios cada mañana en Occidente, y si pueden agarran de la mano a sus padres que intentan alejarlos de la guerra.
Como todos los niños, tienen gorros y bufandas, y un carrito con todas sus cosas adentro.
Pero miran al suelo, con las mejillas surcadas de lágrimas, como si no pudieran ver un horizonte por delante.
En los últimos siete días, “más de 70.000 niños se convirtieron en refugiados”, dijo James Elder, portavoz de Unicef, lo que equivale a unos 55 por minuto, “es decir, casi uno por segundo”.
Muchos de ellos, además, tienen que hacer este viaje solos, porque bajo las bombas perdieron a padres y familiares.
Los afortunados agarran con fuerza la mano de su madre, sólo de ella, porque los hombres están al frente: algunos voluntarios se armaron para defender Ucrania, algunos se retiraron. En ese contexto, algunos soldados ucranianos recitaron una canción de cuna, acompañados de algunas estrellas, en un video que grabaron para sus hijos en refugios, bajo las bombas o en las fronteras.
El video, informó la agencia UNIAN, también está acompañado por una serie de imágenes y filmaciones de niños ucranianos obligados a pasar la noche en búnkeres y sótanos antiaéreos.
Pero también están los que nunca llegaron a esos escondites, víctimas del fuego enemigo.
Al menos “97 niños fueron asesinados por las fuerzas rusas desde el comienzo de la guerra”, dijo el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, hablando ante el parlamento canadiense poco antes de recibir una ovación de pie.
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E incluso escapar no siempre es garantía de seguridad, porque puede ser sólo el comienzo de un camino lleno de obstáculos y riesgos, en el caso de los más pequeños, la explotación y el maltrato.
“Esta crisis de refugiados no tiene precedentes, en términos de velocidad y alcance, desde la Segunda Guerra Mundial, y no muestra signos de desaceleración”, aseveró Elder.
Como todos los niños obligados a huir de sus hogares por la guerra y el conflicto, los ucranianos que llegan a los países vecinos corren el riesgo de sufrir separación familiar, violencia, explotación sexual y tráfico.
“Tienen una gran necesidad de servicios de seguridad, estabilidad y protección infantil, especialmente aquellos que no están acompañados o están separados de sus familias”, completó.