La exsecretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) y de Desarrollo Social (Sedesol) del gobierno de Enrique Peña Nieto, Rosario Robles, quien este día cumple un año en prisión, difundió una carta que difundió a través de su cuenta de Twitter y en la que expresa su sentir por el proceso legal que enfrenta.

En la misiva, Robles Berlanga reprocha que ella esté presa y otros exfuncionarios enfrenten sus procesos en libertad, habló de venganzas, cobardías y de lo que ha aprendido en este largo año de prisión en el penal de Santa Martha Acatitla.

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La carta fue difundida en su cuenta de Twitter y la inicia con enunciado duro que seguramente tendrá destinatarios a quienes no menciona por nombres, pero que no dejó pasar a un año de haber sido encarcelada.

Hoy cumplo un año de estar privada de mi libertad injustificadamente. La venganza de unos, la cobardía y el silencio cómplice de otros, y una procuración de justicia selectiva me tienen aquí”, sentencia la también exjefa de gobierno del Distrito Federal.

En su tuit, Robles Berlanga difunde dos fotos que contienen una carta escrita con puño y letra en la que detalla que se han violado sus derechos. “Se me acusa de una omisión (que no de corrupción) que no merece prisión”, se lee.

Cabe recordar que el año pasado, Rosario Robles fue detenida con carácter preventivo por su implicación en un caso de presunto desvío de recursos perpetrado durante el gobierno de Peña Nieto por más de 7 mil millones de pesos y que fue conocido como “la estafa maestra”.

A continuación la carta íntegra:

Hoy cumplo un año de estar privada de mi libertad injustificadamente. La venganza de unos, la cobardía y el silencio cómplice de otros, y una procuración de justicia selectiva me tienen aquí.

Se me acusa de una omisión (que no de corrupción) que no merece prisión, se han violado mis derechos al debido proceso y a la presunción de inocencia.

Se me juzga por quien soy y no por lo que supuestamente hice. Se ha puesto en marcha toda una maquinaria para denostarme, difamarme, hacer escarnio de mi persona, con una saña que es proporcional al miedo y al odio que me tienen. Llama la atención que soy la única en esta condición.

A quienes se les ha acusado de delitos más graves se les respetan sus derechos, y a los delincuentes del crimen organizado se les ha dejado flagrantemente en libertad. La conclusión es clara: no se trata de un ánimo de justicia. Estoy aquí porque me llamo Rosario Robles. También porque soy mujer.

Quieren borrar una vida entera de lucha por mejorar nuestro país, y por abrir espacios y pelear por los derechos de las mujeres. Quieren borrar mi historia, anularme, silenciarme.

No es la primera vez. A mujeres que se han atrevido a subvertir el orden patriarcal se les ha condenado; se les ha mandado a la hoguera o a la guillotina, se les ha obligado a vestirse de hombres para ser reconocidas o confinadas a un convento. Miles han sido asesinadas por su pareja; a otras nos mandan a la cárcel para excluirnos, borrarnos.

Pero más temprano que tarde aparecerán en mi camino juzgadores que con valentía apliquen la ley y me hagan justicia. Yo estoy tranquilo como dijo recientemente el Presidente “mi tribunal es mi propia conciencia”. El problema es para quienes mandan mensajes equivocados a la sociedad: mejor huye porque si te presentas voluntariamente, tu delito no es grave y eres leal a tus principios, pero eres considerado adversario/a, tu destino es la cárcel.

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