El mundo entra en 2021 llorando los 1,8 millones de muertos por el Covid-19, pero con la esperanza de que la vacuna pueda poner fin a la pandemia en los próximos meses.
Según las últimas cifras dadas a conocer por la Universidad Johns Hopkinis, Estados Unidos sigue siendo el primer país por el número de víctimas -más de 341 mil- seguida por Brasil e India. El total de contagios en el mundo supera los 82 millones.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Ghebreyesus, afirmó que “las vacunas ofrecen una gran esperanza para revertir la tendencia pandémica”, pero “se necesitan con urgencia poco más de 4 mil millones de dólares para comprarlas para países de ingresos medios-bajos” y “este es el desafío que debemos afrontar en el nuevo año”.
En tanto el virus sigue avanzando. Estados Unidos registró un nuevo récord con casi 4 mil muertes en 24 horas.
La tendencia en Alemania también es preocupante, con 964 decesos. Gran Bretaña reporta un récord de casi 56 mil casos en 24 horas, con 964 fallecimientos.
Sin embargo, Alemania parece estar avanzando a buen ritmo con el programa de vacunación, con más de 131 mil personas a las que le fue inoculado el fármaco ayer por la mañana.
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En Francia, después de las polémicas suscitadas por la presunta lentitud en las operaciones de vacunación, Roland Lescure, presidente de la Comisión Parlamentaria para los Asuntos económicos, aseguró que para la próxima semana habrá una aceleración. Mientras que en Estados Unidos hasta la fecha no se vacunaron más de 2.6 millones de personas, frente a los 20 millones previstos para finales de año.
Las autoridades chinas en tanto aprobaron la vacuna puesta a punto por la empresa farmacéutica estatal Sinopharm, que se pondrá a disposición de toda la población de forma gratuita.
Mientras que Irán, el país más afectado de Oriente Medio, anunció que pronto importará las primeras 20 millones de vacunas, en parte del consorcio internacional Covax (16.5 millones de dosis) y en parte de la propia China (4 millones).
Por ahora en casi todo el mundo se tuvo el desafío de la noche de Año Nuevo para evitar fiestas y cenas que puedan provocar el contagio. Y a este punto, varios países organizaron grandes despliegues de fuerzas policiales para mantener la situación bajo control.
En contraste con el comportamiento del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien, desafiando el encierro de las autoridades locales, se presentó en las últimas horas en una playa de San Paulo mientras caminaba sin cubrebocas.
