El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, rechazó que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) espíe a civiles y defensores de derechos humanos con el software Pegasus, como fue revelado por Artículo 19 y otras organizaciones. 

Sin embargo, el mandatario acotó que el instituto de inteligencia del gobierno hace investigación contra grupos de delincuencia organizada, lo que ha ayudado a evitar mayores tragedias durante atentados como el de Omar García Harfuch, secretario de Seguridad de la Ciudad de México.

“Se tiene que hacer investigación, no espionaje y el instituto de inteligencia del gobierno hace investigación, porque nosotros sostenemos que es muy importante hacer investigación, inteligencia, para no usar la fuerza, es mejor la inteligencia que la fuerza”, dijo este viernes en conferencia de prensa desde Palacio Nacional. 

López Obrador explicó que el caso del defensor de derechos humanos fue denunciado por “un compañero de ustedes”, señalándolo de que presuntamente tiene vínculos con grupos de la delincuencia de Tamaulipas, argumentó que por dicha razón se le investigó.

Dijo que no hay ninguna instrucción para que se espíe a ningún opositor ni periodista y preguntó que ¿para qué su gobierno va a espiar? “Eso un acto de deshonestidad y falta de principios”.

Expresó que en su gobierno no se espía, pero sí hay inteligencia y argumentó que eso le ha ayudado a dar con los delincuentes y salvar vidas.

“¿Sabes cómo se le salvó la vida al jefe de la policía de la Ciudad de México? De esa manera, unos días antes del atentado, inteligencia del Estado registró una llamada, Omar traía un carro normal y el general Omar Martínez habló con él y le dijo: Tenemos esta información, no te confíes, y cambió por una camioneta con blindaje, eso le salvó la vida porque vaya que le dispararon”, relató.

Por último, reiteró que los trabajos de inteligencia y el espionaje son diferentes porque “el espionaje tiene que ver con persecución política, limitar las libertades, amenazar, intimidar, reprimir a los opositores, lo que nosotros padecimos durante años”.

El pasado martes, Artículo 19 y otras organizaciones revelaron que la Sedena espió con el sistema Pegasus a Raymundo Ramos Vázquez, presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo (CDHNL), para interferir en las investigaciones sobre ejecuciones extrajudiciales ocurridas en la región de Tamaulipas en 2020.

De acuerdo con la investigación “Ejército espía”, el espionaje contra el defensor comenzó tras un enfrentamiento entre integrantes del Cártel del Noreste y militares que, según la Sedena, dejó 12 agresores abatidos en Nuevo Laredo el 3 de julio de 2020.

Sin embargo, días después el activista documentó que entre los supuestos agresores abatidos fueron identificados por sus familiares Damián Genovés Tercero, un migrante de Chiapas de 18 años que había sido reportado como desaparecido, así como Arturo Garza, estudiante de Ingeniería de 19 años, quien había sido secuestrado por el crimen organizado. 

La versión de la Sedena contrastó con la del defensor de derechos humanos, por lo que comenzó el espionaje en su contra. 

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