En una escena de terror, ayer domingo fueron hallados, por elementos de Seguridad Pública, Sedena y Fiscalía, los restos de más de 34 cadáveres “cercenados”, en bolsas de plástico negras y almacenados dentro de hieleras y refrigeradores” en dos casas en Poza Rica, Veracruz.

Esa es la realidad que se vive en Veracruz, contrario a lo que dice Cuitláhuac García, el que dice que gobierna la entidad y que está más ocupado en llamar corruptos a los miembros del Poder Judicial de la Federación, sin presentar pruebas, en ser el bufón consentido del presidente López Obrador y en coordinar el acarreo masivo de burócratas a los mítines de la ‘corcholata’ Claudia Sheinbaum.

Aunque el hecho se reportó este lunes, el hallazgo ocurrió el domingo, cuando miembros del Ejército mexicano, de la Secretaria de Seguridad Pública estatal y la Fiscalía General del Estado realizaron cateos en propiedades usadas para cometer ilícitos en esa zona, que desde enero pasado sufre delitos de alto impacto.

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Este lunes se mantienen operativos en distintas propiedades de esa zona norte de Veracruz en busca de más casas de seguridad y restos humanos, pues los hallazgos iniciales sugieren que probablemente se localicen más víctimas.

La organización civil Causa en Común, dedicada a documentar casos de violencia extrema, situó a Veracruz en el primer lugar nacional con el mayor número de víctimas de hechos de violencia extrema y de alto impacto, con 899 víctimas de este tipo de hechos.

En las últimas dos décadas, Veracruz ha sufrido por la violencia relacionada con la operación de carteles de la droga, que diversificaron sus actividades al secuestro, tráfico de migrantes y extorsión.

De 2018 a marzo pasado, Veracruz mantiene el primer lugar con el mayor número de fosas clandestinas a nivel nacional.

Datos del Cuarto Informe de Estrategia de Seguridad Pública, revelaron que Veracruz registró un total de 335 fosas clandestinas, correspondiente al 11,97 % de las fosas del país y con ello, el primer lugar a nivel nacional.

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