La semana pasada el académico y científico mexicano José Sarukhán prendió las alertas respecto a la grave reducción de la biodiversidad en el territorio del estado de Veracruz. El fundador del Instituto de Ecología y exrector de la UNAM concedió una esclarecedora entrevista al periódico español El País en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
En relación con un tema de los desastres naturales, la destrucción de los ecosistemas y el cambio climático, que se le preguntaba, Sarukhán expresó: “Bueno, nosotros tenemos ya algunos casos como el país al que me refiero (Haití), que ha perdido todo. En México hay zonas que están en buenas condiciones, se han conservado bien y tienen una matriz natural que les permite tener opciones de respuesta en momentos difíciles. Pero hay un estado, que a mí me duele mucho ver cómo está, que era el estado más rico en diversidad biológica del país, después de Oaxaca y Chiapas. Se trata de Veracruz, que ha perdido el 93 o 97% de sus selvas y bosques, lo que lo hace muy vulnerable”.
Este problema ha sido reiterado por numerosos ambientalistas y estudiosos de la biología y los recursos naturales en los últimos años. La agricultura y la ganadería extensiva junto al descontrolado crecimiento de las ciudades han puesto de manifiesto la problemática del desarrollo urbano y del desarrollo humano que sufren serias limitantes cuando en aras del progreso se acaba con zonas de bosques y selvas de Veracruz.
Entre los temas de más actualidad que tienen mayores críticas sociales, están los relacionados con la intención de instalar presas hidroeléctricas, con la peligrosa práctica del fracking para exploraciones con fines petroleros y también con el desarrollo de minería tóxica en algunas regiones del estado como los municipios de Alto Lucero y Actopan, a lo que se han opuesto organizaciones sociales como Pronatura y LAVIDA, entre otras, movimientos de consistente inconformidad que han tenido como respuesta la desaparición o el asesinato de activistas ambientales.
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Pero también deben revisarse las críticas o demandas de investigación que grupos de productores han planteado al programa federal Sembrando Vida, en razón a que algunos beneficiarios supuestamente están destruyendo áreas de selva o de bosque en varios municipios para poder acceder a ese programa que les exige sembrar árboles frutales o maderables. Otro caso que mantiene fuertes inconformidades es la invasión de terrenos del bosque de niebla en Coatepec, organizada hace dos años y gestionada ante la SEDATU con argumentos de que son terrenos nacionales o con los que se pretenden atender supuestas causas sociales.
Pero en Veracruz, el único ambiente que interesa y que se conoce bien, es el gran ambiente que existe en palacio de gobierno en Xalapa, donde ha habido terreno fértil para el cuestionado procurador del medio ambiente, Sergio Rodríguez, experto en exprimir proyectos constructivos y obras o inversiones públicas y privadas, utilizando pretextos y manoseo corriente de normatividades ambientales.
Desde hace varios años los secretarios de SEDEMA han sido objetos decorativos de los que ni su nombre se recuerda. José Sarukhán ha puesto los puntos sobre las íes. A ver si alguien en la oficina del gobernador se percata de esos comentarios puntuales y hace algo por la disminuida biodiversidad y el olvidado medio ambiente en Veracruz.
