En tres zonas de la isla de Tenerife, España, detectaron unos caracoles gigantes africanos (‘Lissachatina fulica’), una especie invasora peligrosa que amenaza a la agricultura y plantas silvestres de la región, así como a la salud humana, informaron medios locales.
Si bien este gasterópodo es una de las especies más grandes del mundo y puede alcanzar una longitud de hasta 30 centímetros, se encuentran con mayor frecuencia ejemplares más pequeños. Además, presenta una concha cónica con vetas marrones o amarillentas con coloración más clara o blanca hacia el extremo.
Biólogos alertan sobre los riesgos asociados a dicho caracol, ya que puede ser portador de meningitis, atacar los cultivos principales, como el plátano y el tomate, y las plantas silvestres, es decir, romper el equilibrio de la biodiversidad y los ecosistemas locales.
En este contexto, la Red de Detección e Intervención de Especies Exóticas Invasoras en Canarias (REDEXOS) hizo un anuncio a los residentes, advirtiendo que si alguien ve un caracol, no lo toque bajo ningún pretexto y se ponga en contacto con la organización.
Anteriormente, en marzo de este año, en el aeropuerto de Bilbao, la Guardia Civil identificó 38 caracoles gigantes africanos vivos, trasladados en el equipaje de una pasajera. Los gasterópodos tenían un tamaño aproximado de 10 centímetros y pesaban unos 5,3 kilogramos en total.