Durante los primeros ocho meses del año, las arcas de estados y municipios registraron 67,676 millones de pesos de recursos federales menos, que significó la mayor reducción anual en transferencias del gobierno federal a las administraciones locales desde al menos 1990, año que inicia la base de datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Este resultado derivó de los estragos del Covid-19 que mermaron la actividad económica y el nivel de recaudación, así como de la actual política de austeridad de la Federación.

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De acuerdo con cifras de la SHCP, el gasto federalizado, que se compone de participaciones, aportaciones, subsidios y convenios, ascendió a 1.22 billones de pesos entre enero y agosto del 2020, frente a 1.28 billones en igual lapso del 2019, dando una diferencia de 67,676 millones.

Este monto fue producto de las disminuciones anuales por 48,981 millones de pesos en recursos para protección social en salud, 42,711 millones en participaciones, 2,898 millones en convenios de reasignación y 172 millones en el Ramo 23, además de aumentos por 21,547 millones en aportaciones y 5,538 millones en convenios de descentralización.

Algunas de las principales razones de que estados y municipios reciban menos recursos federales fueron por la actual crisis económica (el PIB nacional cayó 18.7% a tasa anual desestacionalizada en el segundo trimestre del año) y por la baja anual en la Recaudación Federal Participable (RFP) en los primeros ocho meses del 2020 (169,805 millones de pesos menos), ya que los fondos del gasto federalizado, particularmente del Ramo 28 (participaciones), dependen, además de la variable población, de la actividad económica y petrolera y de la recaudación.

Mientras en el ramo de protección social en salud, en este 2020, derivado de los cambios en el servicio de salud pública los recursos del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar no se incluyeron por el momento en el gasto federalizado (no se aclara el destino).

En términos reales, el gasto federalizado descendió 8.3% anual en el acumulado de enero a agosto, el peor resultado, para igual periodo de comparación, desde el 2009 (9.5 por ciento).

Esta variación negativa fue consecuencia de contracciones en recursos para protección social en salud (100.0%), convenios de reasignación (74.5%), participaciones (9.8%) y Ramo 23 (3.9%); los incrementos se dieron en aportaciones (1.0%) y convenios de descentralización (3.2 por ciento).

Los ramos más importantes del gasto federalizado son participaciones (concentró 47.9% del total de1.22 billones de pesos) y aportaciones (42.6%); el objetivo de este último ramo es abatir, a través de fondos programables, rezagos en infraestructura, educación, seguridad, salud, financiamiento, entre otros.

Capital del país, castigada

En los primeros ocho meses del 2020, las entidades que recibieron más gasto federalizado fueron Estado de México (137,256 millones de pesos), Ciudad de México (101,935 millones), Veracruz (78,088 millones), Jalisco (68,556 millones) y Chiapas (60,788 millones).

Al comparar con los recursos que recibieron los gobiernos locales en igual lapso del 2019, se observa que las mayores reducciones fueron en Ciudad de México (19,532 millones de pesos), Estado de México (12,815 millones), Guanajuato (5,6810 millones), Puebla (5,148 millones) y Jalisco (3,177 millones).

Por variación anual real, la disminución más pronunciada también fue para la capital del país (18.7%), debido al desplome en consumo y recaudación por el Covid-19 (abril y mayo fueron de total confinamiento y paro de actividades no esenciales, mientras en junio, julio y agosto los sectores reabrieron paulatinamente y a baja operatividad).

Le siguieron Guanajuato (13.6%), Campeche (11.8%), Puebla (11.5%) y Estado de México (11.4%); sólo Colima creció en gasto federalizado (1.2 por ciento).

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