La actual administración de Veracruz no ha logrado sus metas en cuanto a desarrollo económico y generación de empleos, según el monitoreo de la asociación “México cómo vamos”.
En cuanto al crecimiento de la entidad, la meta fue fijada en 4.5 por ciento anualmente, pero según los indicadores el crecimiento económico se estancó en el 3.3 por ciento cada año durante el cuarto trimestre del 2018, con la llegada al poder de Cuitláhuac García Jiménez.
Durante el tercer trimestre de 2018; es decir, durante la etapa final del Gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, se tuvo un crecimiento de 5 por ciento.
En cuanto a la generación de empleos no se ha logrado un avance, ya que la meta de empleos formales acumulados eran de 37 mil 350 al segundo trimestre de 2019; sin embargo, de esa cifra, apenas 28 mil 366 se han concretado.
Es por esto que los indicadores marcan que existe un déficit de 8 mil 984 puestos, lo que quiere decir que el estado generó 75 por ciento que los empleos esperados.
Además, en Veracruz cayó la productividad, lo que se ve reflejado en las ganancias producidas por hora trabajada en los últimos tres años, al pasar de 132 pesos por hora en 2016 a 123 pesos durante el cuarto trimestre de 2018.
Esto pone en evidencia que la entidad está por debajo de la media nacional, cuya productividad es de 161 pesos por hora trabajada.
El poco crecimiento económico, la falta de generación de empleo y la baja productividad han dado como resultado que Veracruz se ubique también por debajo de la media nacional en cuanto a pobreza laboral.
De acuerdo con el informe, el 49.9 por ciento de los veracruzanos no puede acceder a los productos de la canasta básica con su ingreso laboral, y esta cifra es superior a la del nivel nacional que se ubica en 38.7 por ciento.
La pobreza laboral es una situación en la que el ingreso laboral de un hogar no es suficiente para alimentar a todos sus miembros.
Como “bola de nieve” eso ha generado que más ciudadanos busquen ingresos con trabajos informales, lo que se ve reflejado en el crecimiento de este sector al pasar de 60.7 por ciento en el primer trimestre en 2017 al 61.3 por ciento durante los primeros tres meses de este año.
El dato es alarmante porque el empleo formal se refiere a trabajadores que tienen una relación laboral reconocida y que hacen cumplir sus derechos laborales tales como seguridad social, beneficios no salariales de liquidación o finiquito al término de la relación de trabajo, pero que en el caso de los empleos informales son inaccesibles para los ciudadanos.