Un grupo de científicos chinos propuso crear un programa de exploración espacial que les permitiría localizar nuevos planetas habitables, similares a la Tierra, mediante el uso de un nuevo telescopio óptico que será colocado fuera de la órbita terrestre, informó este miércoles el medio estatal Xinhua.

El proyecto, denominado ‘Estudio de exoplanetas habitables cercanos’ (CHES, por sus siglas en inglés), está diseñado para realizar observaciones a largo plazo en alrededor de 100 estrellas similares al Sol y localizadas a unos 32 años luz de distancia de la Tierra.

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Se pretende así llegar a descubrir aproximadamente 50 planetas con características similares a la Tierra en cuanto a tamaño, órbita y habitabilidad.

Estos cuerpos celestes son conocidos como ‘súper-Tierras’, debido a que tienen hasta 10 veces la masa de nuestro planeta y, según se estima, pueden hallarse en zonas habitables alrededor de estrellas cercanas a la de nuestro sistema planetario.

“Encontrar un planeta habitable similar a la Tierra, alrededor de estrellas cercanas de tipo solar, sería un descubrimiento importante para la humanidad y nos ayudará a estudiar futuras visitas humanas e incluso a buscar nuevos lugares para vivir”, aseveró Ji Jianghui, jefe de la misión CHES e investigador del Observatorio de la Montaña Púrpura, adscrito a la Academia de Ciencias de China y ubicado en la ciudad de Nankín.
Un nuevo método para buscar planetas

El CHES empleará un método alternativo, conocido como astrometría relativa de ultra alta precisión, que permite medir y estudiar la posición de una estrella determinada, además de precisar el movimiento que experimenta debido a las perturbaciones gravitacionales de su o sus planetas orbitales, lo que tendría por resultado la detección de alguna de las ‘súper-Tierras’ que se quieren descubrir.

Esta técnica es diferente a las que actualmente utilizan otros telescopios espaciales operados por NASA, tales como el observatorio Kepler o a la sonda TESS, que se encargan de buscar y caracterizar planetas con métodos de detección de tránsito.

“La ventaja más clara del método es que nuestro enfoque puede detectar todos los planetas existentes alrededor de las estrellas cercanas, al igual que llevar a cabo un censo completo de los análogos solares vecinos”, comentó Ji. Agregó que también se podrá “medir directamente la masa real de un planeta, un índice crucial para determinar si tiene condiciones similares a las de la Tierra”.

De acuerdo con el programa CHES, las observaciones se realizarán mediante un nuevo telescopio óptico que será colocado en una órbita de halo cerca del segundo punto de Lagrange (L2), para mantener la misma orientación con respecto al Sol y la Tierra, y se espera que se mantenga en operación por al menos cinco años. El proyecto no solo detectará eventuales exoplanetas habitables, sino también regiones donde haya materia negra y agujeros negros.

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